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sábado, 24 de agosto de 2013

Chile Guerra biológica perrochet:Nodo Dependencias del Instituto de Salud Pública (ISP), se almaceno cajas llenas de ampollas con toxina botulínica;sustancia que podría “matar a la mitad de Santiago” - 24-08-13

Investigarán las dependencias del ISP por denuncia de hallazgo de químicos letales que podrían matar a la mitad de Santiago


Publicado el 24 Agosto 2013
clarin.cl
Escrito por Colaboradores
 







El ministro de Salud, Jaime Mañalich, informó que se realizará una completa investigación en las dependencias del Instituto de Salud Pública, luego que una de sus ex directoras, Ingrid Heitmann, declarase a la agencia DPA del hallazgo de sustancias químicas en este recinto, las cuales fueron destruidas sin dar aviso a las autoridades, debido a sus letales efectos en la población, informó Radio Universidad de Chile.
Heitmann admitió el hallazgo de dos cajas llenas de ampollas con toxina botulínica, una sustancia que podría “matar a la mitad de Santiago”, según declaró la microbióloga.
Los riesgos que describe ella en la entrevista son verdaderos”, admitió el secretario de Gobierno, quien ofició a la actual directora del ISP, María Teresa Valenzuela, para realizar una inspección de todas las dependencias del instituto, antes de determinar un sumario administrativo.
El ministro Mañalich señaló tener una muy buena opinión de Heitmann, con quien trabajó en los primeros meses de su gestión en esta cartera. El secretario de Gobierno indicó que incluso son amigos, por lo que conversará con la especialista antes de entregar más antecedentes.
Reacciones
Impacto en la opinión pública causaron las declaraciones a una agencia alemana de la ex directora del Instituto de Salud Pública (ISP), Ingrid Heitmann, quien aseguró que la dictadura de Augusto Pinochet disponía de armas químicas suficientes para “matar a la mitad de Santiago”. En la entrevista, la microbióloga asegura haber ordenado incinerar dos cajas llenas de ampollas con toxina botulínica, lo que provocó la molestia de familiares de víctimas de la represión.
Las cajas fueron encontradas, por casualidad, cuando ella ordenó hacer una limpieza de los refrigeradores del subterráneo el año 2008.
Ingrid Heitmann aseguró haberse “espantado” cuando encontró las ampollas, ya que estas toxinas son capaces de eliminar a miles de personas y especificó que Chile no poseía capacidad para producir esta toxina y las cajas no tenían por qué estar en un laboratorio civil con fines sanitarios.
Para el abogado de derechos humanos, Eduardo Contreras, estas declaraciones son muy graves y hacen necesaria una investigación de la justicia.
Creo que lo correcto sería abrir un proceso, porque efectivamente la existencia de materias tóxicas en poder de la dictadura dice relación directa con varios casos. Haber ocultado una prueba flagrante constituye en sí un delito y me parece meritorio que se abra una investigación, sobre todo porque es un hecho conocido en la opinión pública chilena el uso de este tipo de materiales para eliminar opositores a la dictadura, recordemos el caso del químico Berríos y a Michael Townley”, expresó.
Para la presidenta de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos (AFEP), Alicia Lira, este hallazgo puede relacionarse con causas que están en proceso, como la que investiga la muerte del ex presidente Eduardo Frei Montalva.
Aquí hay más casos, aparte de Eduardo Frei, aparte de Carmen Osorio, aparte del intento de asesinato que se hizo en la cárcel pública donde murieron algunos prisioneros políticos y uno de ellos perdió sus cuerdas vocales, quedando con secuelas para el resto de su vida. En el marco de los 40 años, queremos realmente avanzar en la verdad y la justicia, que el Poder Judicial tenga realmente la prueba de que había una política sistemática de exterminar a los opositores chilenos”, manifestó.
Ingrid Heitmann fue directora del ISP entre 2007 y 2010, durante el Gobierno de Michelle Bachelet, y según ella misma aseguró a la DPA, no dio a conocer este descubrimiento a ninguno de sus superiores.
La botulina, que provoca parálisis muscular progresiva, está prohibida por las convenciones de Ginebra y la Convención sobre Armas Químicas como arma de destrucción masiva.



 
25.08.2013 | 12:11 |

Se descubrió que Pinochet tenía armas químicas en la Casa Gobierno

El dictador chileno tuvo toxinas botulínicas capaces de eliminar a miles de personas. Se cree que las utilizó contra opositores y la noticia alimenta las sospechas en torno al envenamiento de Eduardo Frei y la muerte del poeta Pablo Neruda. Colaboradores revelaron que fueron traídas en valijas desde Brasil.


 
El gobierno chileno anunció que investigará la supuesta existencia de armas químicas durante la dictadura de Augusto Pinochet, según aseguró una exdirectora del Instituto de Salud Pública (ISP).
La revelación de que la dictadura pinochetista dispuso de toxinas botulínicas capaces de eliminar a miles de personas conmocionó a Chile, en especial a los expresidentes Michelle Bachelet y Eduardo Frei, que exigieron al Ejército que provea la información necesaria para que pueda ser evaluada por la Justicia.
La existencia de las toxinas fue revelada hoy por la exdirectora del ISP, Ingrid Heitmann, quien aseguró que la sustancia estuvo en secreto por 27 años en un subterráneo del edificio de ese organismo junto al Estadio Nacional de Santiago, y fue descubierto e incinerado en 2008, sin informar a la Justicia ni a Bachelet, por entonces jefa de Estado.
"Eran dos cajas llenas de ampollas con toxina botulínica, suficientes para matar a la mitad de Santiago", señaló la profesional, quien luego matizó su afirmación: "se podía matar a muchísimos, pero no sé cuántos", según reportó la agencia de noticias DPA.

"Eran dos cajas llenas de ampollas con toxina botulínica, suficientes para matar a la mitad de Santiago"


Frei, cuyo padre también presidente y de igual nombre murió en 1982 supuestamente envenenado con armas químicas, se manifestó indignado por el hecho de que el Ejército no entregue antecedentes a 40 años del golpe que derrocó a Salvador Allende.
"¿Por qué los comandantes en jefe no dan la verdad? ¿Por qué siguen guardando información? ¿Me van a señalar que el Ejército -como tantas veces nos han dicho- no sabe nada?", reclamó Frei, en declaraciones a radio Cooperativa.
También Bachelet expresó su sorpresa por el hecho de que las armas químicas de Pinochet permanecieron guardadas secretamente en el Instituto de Salud Pública hasta 2008, cuando ella gobernaba.
"Primera noticia, efectivamente, que escucho de eso. No conozco los antecedentes como para poder opinar", dijo Bachelet, favorita para ganar los comicios presidenciales de noviembre, ante una consulta de la prensa. "Si esa información es real, verídica, y se confirma, me imagino que será de mucha importancia para los jueces", añadió.
Investigaciones judiciales ligadas al envenenamiento de presos políticos y a la muerte del expresidente Frei detectaron documentos que corroboraron el ingreso de las toxinas desde Brasil.
Frei, al igual que el premio Nobel de Literatura Pablo Neruda, murió en el cuarto piso de la Clínica Santa María de Santiago, pero la Justicia investiga en la actualidad ambos decesos, ante la sospecha de que se trató de casos de envenenamiento.
"La Policía de Investigaciones fue muchas veces al ISP, pero no las encontró. No revisaron nunca el subterráneo", recordó Heitmann.
La botulina, que desde hace pocos años tiene usos cosméticos, es una neurotoxina elaborada con una bacteria denominada Clostridium botulinum que provoca parálisis muscular progresiva y que como arma de destrucción masiva está prohibida por las Convenciones de Ginebra y la Convención sobre Armas Químicas.

http://www.infonews.com/2013/08/25/mundo-93992

27 de Agosto de 2013

Ex preso de Cárcel de Santiago envenenado con toxina botulínica en 1981 anuncia querella contra ex directora del ISP

"Como sea, esto es un argumento para mi caso, porque es la primera funcionaria que reconoce que el Estado tenía esta arma química", sostuvo el ex militante del MIR.
por El Mostrador
 


Guillermo Rodríguez fue envenenado en 1981 con toxina botulínica junto a otros siete presos de la Cárcel de Santiago. El ex militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), que tiene por apodo el “Ronco”, sufrió los efectos y hasta hoy tiene dificultades para respirar. La prensa oficialista apuntó entonces que los reclusos habían consumido comida en mal estado.
En entrevista con El Dinamo, Rodriguez recuerda los hechos y anuncia una querella en contra de Ingrid Heitmann, la ex directora del Instituto de Salud Pública (ISP) quien reveló que el 2008 destruyó ampollas de butolína que permanecían escondidas en los subterráneos del organismo.
“No puede ser que una funcionaria de ese nivel no sepa que existen procesos abiertos y haya optado por destruir pruebas”, dijo en relación a la indagación que lleva adelante el juez Alejandro Madrid y que ha unido su causa con el magnicidio de Eduardo Frei Montalva.
“Es raro lo que ha pasado ahora, porque ella dice que destruyó una cantidad de botulínica y eso me parece aberrante. Yo advierto, me voy a querellar contra ella. No puede ser que una funcionaria de ese nivel no sepa que existen procesos abiertos y haya optado por destruir pruebas”, sostuvo el “Ronco”.
“Es extraño lo que ella hizo, es extrañísimo que el juez Madrid no haya llegado ahí, donde estaba la botulina. Es raro que ella no le haya advertido a los PDI que fueron al ISP a investigar que había botulina en los subterráneos”, agregó.
“Como sea, esto es un argumento para mi caso, porque es la primera funcionaria que reconoce que el Estado tenía esta arma química”, hizo hincapié.
 

 Habla sobreviviente de las armas químicas de Pinochet: “Yo fui envenenado con botulínica”

 


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Guillermo Rodríguez anuncia una querella en contra de la ex directora del ISP que reveló que el 2008 destruyó ampollas de botulina que estaban escondidas en el organismo público: “Ella destruyó pruebas”, señala haciendo referencia a la investigación que lleva adelanta el Juez Madrid

A Guillermo Rodríguez le dicen el “Ronco”, debido a las consecuencias que en su organismo dejó la toxina botulínica, o botulina, una de las armas químicas que utilizó la dictadura de Pinochet para eliminar a sus opositores. El apodo no es antojadizo, su voz delata el accionar de la sustancia y hasta el día de hoy tiene dificultades para respirar.
Su caso estalló el 8 de diciembre de 1981, cuando un grupo de ocho presos de la Cárcel de Santiago pública resultó intoxicado. La prensa de ese entonces habló de las extrañas circunstancias en que se produjo el hecho y la versión oficial apuntó a que los reclusos habían consumido comida en mal estado. Incluso, se dijo que todo había sido producto de la ingesta de “pájaro verde”, un licor artesanal que se producía en los recintos penitenciarios. Pero la verdad era otra.
Según el diagnóstico médico, los ocho presos, cuatro políticos y cuatro comunes, habían sido envenenados con la tóxina botulínica. Los síntomas eran claros: vómitos, ceguera, convulsiones y pérdida de conciencia. Dos de los afectados murieron producto de la intoxicación: Víctor Corvalán Castillo y Héctor Pacheco Díaz.
Rodríguez está convencido que la presa era él, y que el resto resultó perjudicado producto de las circunstancias. Al entonces jefe de las Milicias de Resistencia Popular del MIR lo habían detenido en agosto de ese mismo año y un consejo de guerra lo había condenado a cadena perpetua. Dos semanas antes del envenenamiento una extraña visita a la cárcel le había llevado de regalo una torta… estaba contaminada con tánax.

En esta entrevista con El Dínamo, el “Ronco” anuncia una querella en contra de Ingrid Heitmann, la ex directora del Instituto de Salud Pública que hace pocos días reveló que el 2008 destruyó ampollas de butolína que permanecían escondidas en los subterráneos del organismo. “No puede ser que una funcionaria de ese nivel no sepa que existen procesos abiertos y haya optado por destruir pruebas”, asegura haciendo referencia a la investigación que lleva adelante el juez Alejandro Madrid y que ha unido su causa con el magnicidio de Eduardo Frei Montalva, que por esos mismos días de 1981 moría en extrañas circunstancias en la Clínica Santa María.

- ¿Qué te parece la información que reveló la ex directora del ISP?

Es raro lo que ha pasado ahora, porque ella dice que destruyó una cantidad de botulínica y eso me parece aberrante. Yo advierto, me voy a querellar contra ella. No puede ser que una funcionaria de ese nivel no sepa que existen procesos abiertos y haya optado por destruir pruebas.
Es extraño lo que ella hizo, es extrañísimo que el juez Madrid no haya llegado ahí, donde estaba la botulina. Es raro que ella no le haya advertido a los PDI que fueron al ISP a investigar que había botulina en los subterráneos.
Como sea, esto es un argumento para mi caso, porque es la primera funcionaria que reconoce que el Estado tenía esta arma química.
- Tu caso fue inédito, la dictadura no había intentado hasta ese entonces envenenar en la cárcel a sus opositores, ¿Cómo saben que fue botulina?
La botulina produce una parálisis general. Ataca el sistema nervioso central y se produce una parálisis progresiva, hasta llegar a la muerte. A nosotros nos envenenaron el día 8 de diciembre, después de una visita familiar. Suponemos que ellos interceptaron una comida y le inyectaron la botulina. Ese día yo cociné cazuela con la carne que había enviado mi familia, e invité a unos presos comunes a almorzar. A las cuatro de la tarde ya estábamos mal: vómitos, pérdida de la visión, problemas en la respiración y unas convulsiones muy extrañas, no podíamos controlar nuestro cuerpo. Era evidente que algo pasaba.
Cuando al otro día llegamos a la posta de la Penitenciaría, el doctor a cargo me dijo: “Usted fue intoxicado con botulina”.
- ¿Qué hicieron antes de eso, antes que los trasladaran a un recinto sanitario?
Tengo conocimientos básicos en primeros auxilios y utilicé una técnica muy básica: agua con rinzo a toneladas. Los presos comunes tenían embudos y mangueras, y todos ayudaban en ese operativo. Durante la noche del 8 de diciembre perdíamos a ratos la conciencia. Al día siguiente la noticia estaba en los diarios, donde se decía que habíamos consumido “pájaro verde”. A las once o doce de la mañana del 9 nos trasladan a la enfermería, y ahí se muere el primer compañero. Recién a las seis de la tarde nos llevan a la penitenciaria, todo eso gracias a la presión que hacían desde la calle los familiares y los dirigentes del MDP (Movimiento Democrático Popular).
Por bastante tiempo estuvimos en coma luchando por nuestra vida. En ese periodo se muere el segundo preso común.
- ¿Si querían matarte, por qué te dieron atención médica?
Hace años que el régimen no mataba a presos políticos, por lo que la alerta fue inmediata en todas partes. A partir de estos síntomas que nosotros presentábamos, se armó un motín en la cárcel y ese día no hubo cuenta. Nosotros pensamos que estaban esperando que nos muriéramos recién para intervenir… ese día estuvimos toda la noche sin que pusieran candados en las celdas.
- ¿Cómo se hizo público el envenenamiento?
En la cárcel alcancé a avisarle al resto de los presos políticos y se produce una huelga de hambre nacional de presos políticos. Además, los dirigentes de lo que se empezaba a constituir como MDP: Manuel Almeyda y el cura Rafael Maroto, entre otros, se van a meter a la cárcel. Adicionalmente, a nivel internacional Francois Mitterrand (presidente de Francia entre 1981-1995) toma cartas en el asunto y manda inmediatamente antídotos, respiradores y un equipo médico a cooperar con nuestra situación.
- ¿De dónde venía el contacto con el entonces presidente de Francia, François Mitterrand?
Yo había estado exiliado en Francia y había tenido un cierto nivel de amistad con Danielle Mitterrand, que había sido parte de la resistencia francesa a los nazis y entendía perfectamente lo que era la clandestinidad. A través de ella los franceses mandaron los aparatos con los que nos mantuvieron vivos en la penitenciaria.
- ¿Por qué estas tan seguro que el objetivo de la operación eras tú?
Antes ya había ocurrido otro intento de envenenarme. Dos semanas antes de esto. Llega una mina muy bonita a la cárcel y me lleva una torta. Me dice que era familiar de un detenido desaparecido y me ensalza diciéndome que yo era un héroe de la resistencia. Por supuesto esa torta no me la comí y la entregué a la gente del CODEPU (Corporación de Promoción y Defensa de los Derechos del Pueblo) para que la analizaran… resultó que la torta tenía tánax en su interior.
Además, estaba siendo hostigado por los inlfiltrados de la CNI en Gendarmería. Yo había puesto un recurso de protección ante la entonces magistrada Canales.
- ¿De dónde salió la botulina?
Pasaron muchos años y se empezaron a relacionar casos. Uno era el homicidio de Frei Montalva, y el otro era el mío. El Juez Madrid lleva adelanta la investigación y decidió unir los dos casos, en un proceso que sigue abierto. La pregunta es justamente esa, ¿de dónde vino el veneno?.
Hace un año y medio entregué una nueva declaración al Juez, la investigación tomó fuerza porque se puso a trabajar el equipo de derechos humanos de la PDI. El Juez me dijo que su investigación determinó que la botulina había sido comprada en Estados Unidos y que fue transportada en un vuelo comercial. La sustancia llegó a un batallón químico del Ejército, que estaba trabajando en la FAMAE y me contó que ha interrogado, al menos, a 100 personas que habían sido integrantes de ese batallón. Ahí el Juez ve varios delitos, como el ingreso ilegal de la sustancia sin pasar ningún control y que este elemento peligroso había sido trasladado en un vuelo normal a pesar del riesgo para los pasajeros.
Hasta el momento no se ha podido determinar cómo fue el operativo de envenenamiento, por eso no se ha dictado sentencia.
Durante este tiempo he tenido varios contactos con la familia Frei. Pero, según yo, los casos no tienen nada que ver, al menos a nivel de sustancias. En su caso hubo infección, nosotros no tuvimos nada de eso.
- Se ha dicho que la experimentación con armas químicas partió en los tiempos de la DINA. Se habla de Eugenio Berríos, de Michael Townley…
Acá hay distintas tesis. Hace pocos días CIPER publicó un artículo donde se menciona mi caso, pero yo creo que la Mónica González (directora de CIPER) está siguiendo una pista que no es la correcta; que es Townley, Berríos y todo lo que fue el aparato de la DINA, cuando en realidad esta botulina fue comprada por la propia embajada chilena en Estados Unidos, al menos eso me dijo el juez Madrid. Creo que son dos líneas distintas de investigación.
La tesis de la familia Frei plantea que el año `81 hay tres operaciones centrales que hacen los servicios de inteligencia; los asesinatos de Frei, de Tucapel Jiménez, y el mío. Se supone que los tres eramos quienes más podíamos huevear al régimen.
- ¿Por qué eras tan peligroso para ellos?
En esos años el MIR era la única organización que se enfrentaba frontalmente a la dictadura, pero estaba trizado. Estaban los “políticos” y estaban los “militares”. Las Milicias de Resistencia Popular que yo comandaba resultaban una especie de síntesis de ambas facciones, por lo que era un factor de unidad del mirismo en ese tiempo. Eso era peligroso.
Eso si nunca entendí por qué me trataron de envenenar y no me mataron en el consejo de guerra, estaba el clima para eso y yo lo tenía asumido, que me iban a fusilar. ¿Me dieron perpetua para después envenenarme?, muy raro. Siempre pensé que fue un lote descolgado de ellos que empezó a hacer negocios por fuera, y que lo nuestro fue una prueba de los efectos de la botulina. Berríos hacía negocios por fuera cuando lo mataron, no sería raro en la historia de estos tipos.
- ¿Cuáles fueron las secuelas del envenenamiento?
Tuve una ectacia gástrica grave, que con el tiempo derivó en un cáncer al estómago. Una estenosis subglótica, es decir que en la traquea se formó una especie de costra dura entre mis cuerdas vocales y los músculos que ahí están… eso me generó una parálisis de cuerdas vocales por lo que me tuvieron que operar tres veces. En la primera me hicieron una traqueotomía para que pudiera respirar, después un anclaje de cuerdas vocales y después una operación para tratar de ampliar el lumen de la laringe, que quedó estrecho.
Con el tiempo me dio cáncer al colon, me operaron el año pasado. Tenían que operarme de la vesícula y no se ha podido porque tendrían que sedarme, y no pueden sedarme por obstrucción laringe.
Quedé con un nivel de respiración dificultoso… soy apodado en todas partes como el “Ronco” por como quedó mi voz. Yo antes practicaba karate todos los días y nunca más pude practicar ningún deporte, no puedo.
Todos tuvimos que pasar por un proceso de re aprendizaje de nuestra musculatura. Tuvimos que volver a aprender a caminar, no como las guaguas, pero si a poner en funcionamiento los músculos. Usábamos mesas como andadores. Lo más fregado era el estómago, que llevaba mucho tiempo sin actividad. La respiración era otro problema, teníamos que hacer ejercicios para fortalecer los músculos que nos permitieran mover el diafragma. Fueron varios meses de tratamiento.
- ¿Qué te parece la discusión que se ha instalado en los últimos días respecto de la dictadura?
Se ha instalado la tesis de los extremos, que fueron los extremos los culpables. Esa no fue la realidad. La dictadura fue una dictadura cívico militar, los empresarios y los políticos que apoyaron la dictadura han pasado piola. Ellos usaron la dictadura para instalar un proyecto político.
Se ha instalado también la visión de las víctimas… y yo no soy una víctima. Yo peleé por un proyecto político, entonces cuando nos señalan como víctima es como “pobrecito, y los otros son los malos” y eso genera que no salga el militante a reconocer su historia militante, sino que sale la mamá llorando por su hijo. En la tele cuentan una historia súper falsa. Acá hubo un proyecto político, en la UP, que fue derrotado por otro proyecto político… nosotros somos derrotados en este proceso.
- Cuando te detuvieron el 81, mataron a tu pareja de entonces, Arcadia Flores …
Con la familia de mi pareja asesinada estamos distanciados, porque cuando vino el Informe Rettig me dijeron “diga que ella estaba desarmada”, y no, si la negra fue combatiente, ¿cómo voy a negar que su último gesto fue pelear?. Yo no me voy a hacer el huevón, nunca lo he hecho.
***
Rodríguez conversa apoyado en una mesa repleta de recortes de prensa de ese tiempo. cierra los ojos y recuerda: nombres, situaciones, pistas… hasta el día de hoy no hay claridad sobre quién lo envenenó. En medió de los recuerdos, surge un personaje del que no se ha hablado mucho, “ni siquiera se lo he mencionado al Juez”, señala. Se trata de un preso común: Edgardo Flandes Soto, uno de los ocho intoxicados de la cárcel… o de los supuestos intoxicados. Rodríguez asegura que finalmente a Flandes no le pasó nada. Lo más extraño es que su nombre desapareció de la prensa y no aparece en ningún reporte de la época.
El 2008 Flandes Soto formó parte de los cadáveres que nadie reclamó en el Servicio Médico Legal. Se desconocen las circunstancias de su muerte.

23 de Agosto de 2013
General Roberto Ziegele

Director de Movilización Nacional llama a realizar investigación por armas biológicas destruidas por ex directora del ISP

La revelación de Ingrid Heitmann, que señala haber hallado en 2008 cajas con toxinas botulínicas -las mismas con que fueron asesinados opositores a la dictadura- tras lo cual sin informar a ninguna autoridad y sin seguir protocolos habría destruido, es considerado “gravísimo” por el uniformado, que asegura “son una de las toxinas más peligrosas y venenosas que existen”.
por Claudia Urquieta Ch.
Las declaraciones de la ex directora del Instituto de Salud Pública (ISP), Ingrid Heitmann, quien aseguró que cuando estaba al frente de la institución, en 2008, encontró cajas con armas biológicas —toxinas botulínicas— que habría quemado, abren una serie de interrogantes.
Principalmente tomando en cuenta que la destrucción de este material implica la desaparición de evidencia, la cual podría ser clave para diversos casos sobre crímenes cometidos durante la dictadura militar y relacionados con el uso de agentes bacteriológicos químicos. Asimismo es inquietante el hecho de que una autoridad pública optara por hacer desaparecer toxinas biológicas sin, según sus dichos, informar al gobierno ni a nadie y sin haber seguido protocolos al respecto. Al menos eso se desprende de sus declaraciones.
Sobre el tema, el director de la Dirección General de Movilización Nacional (DGMN), Roberto Ziegele, es tajante: es necesario realizar una investigación.
El general de brigada que lidera el organismo dependiente del ministerio de Defensa, detalla que Chile ha suscrito dos convenciones internacionales relativas a armas químicas y armas biológicas, aclarando que las “toxinas botulínicas no son armas químicas, sino toxinas biológicas”.
Ziegele detalla que “en 1980 Chile ratificó la convención relativa a armas biológicas y en noviembre de 1980 se designa al director general de la DGMN como autoridad nacional en este tema”.
-¿Qué medidas habría que tomar en vista de las declaraciones de la ex directora del ISP?
-Es necesario hacer una investigación para ver si esto sucedió o no. No tengo la certeza salvo lo aparecido en la prensa. En el caso de que ella hubiera tenido en su poder este tipo de sustancias, no puede haberlas quemado en el patio de su casa…imagínese que son una de las toxinas más peligrosas y venenosas que existen. Entonces si se quema así como así, sin medidas de seguridad…es gravísimo.

En este caso se debería haber informado al Estado de que existe una sustancia de estas características para establecer un protocolo.
Por eso se debe hacer una investigación para ver además cómo llegaron estas toxinas y cómo estuvieron tantos años en el ISP sin que nadie se haya percatado.
-¿La Dirección General de Movilización Nacional va a impulsar esta investigación?
-El problema como autoridad nacional especialmente en armas biológicas, es que Chile ratificó la convención pero no tenemos una ley aún que nos indique el actuar dentro del país para el cumplimiento de la convención.

El año pasado se propuso la ley correspondiente para tener más atribuciones y ejercer efectivamente lo que la convención pide: obliga a países a prohibir y prevenir el desarrollo, producción, almacenamiento de armas biológicas. Así como regular su destrucción.
Entonces como autoridad en este aspecto no tenemos una ley. Y sin esa ley no tenemos herramientas para solicitar investigaciones ni involucrarnos en el tema.
-¿La ex directora del ISP habría cometido una ilegalidad?
-Si hubiese estado almacenada esta toxina tal como ella indica y siendo una persona que tiene conocimientos biológicos, no informa, y además las destruye sin adoptar medidas de seguridad, creo que no es una situación normal, porque tiene conocimientos suficientes del riesgo de letalidad de que se le escapen de control toxinas. Es tremendo. Y si fue así hay un problema.

-Heitmann declara que estas toxinas fueron quemadas ¿cómo deberían haberse destruido?
-Estos elementos cuando se mal utilizan, con descuido o se deshacen mal, transforma estas toxinas en armas biológicas porque producen un daño muy difícil de controlar.

Para destruirlas de acuerdo a características de cada toxina deben ser destruidas en laboratorios que reúnan las condiciones, depende de la toxicidad —hay de nivel de 1 a 4— para evitar que se produzcan fugas.
En Chile no tenemos laboratorios de nivel 4.
- ¿Este tipo de toxinas, en particular, a qué nivel corresponde?
-Por lo menos a nivel 3 o 4. Laboratorio nivel 3 sí tenemos alguno. Son laboratorios de universidades que hacen investigación principalmente. EL ISP tiene uno también, el SAG…
 

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