LUCHAMOS X TIERRA SEMILLA TRABAJO

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martes, 16 de diciembre de 2014

G.B.I:Juez Mario Carroza sufrió amedrentamiento en su casa: "Mientras uno con un punzón neutraliza a mi señora, a mí me pone el revólver en la sien y me hace arrodillarme y ponerme al lado de la cama"

Juez Mario Carroza habla del asalto que sufrió en su casa: "Me pusieron un revólver en la sien"

El ministro de la Corte de Apelaciones fue maniatado junto a su mujer, el sábado por la noche en su casa en Chicureo.


por Sebastián Labrín - 15/12/2014 

El ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago, Mario Carroza, dice estar "más tranquilo" luego del violento robo que sufrió la noche del sábado en su casa de Chicureo. El magistrado, junto a su esposa, fue encañonado y maniatado por desconocidos y encerrado en un closet.
Tal fue el impacto del robo que, incluso, el subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy, llegó a visitarlo. En conversación con La Tercera, el juez relató lo sucedido y enfatizó que el asalto no afectará su labor en las causas que investiga, entre las cuales está el crimen del senador UDI Jaime Guzmán y las supuestas adopciones irregulares.
"Mientras uno con un punzón neutraliza a mi señora, a mí me pone el revólver en la sien y me hace arrodillarme y ponerme al lado de la cama", relató el juez.
Agregó que "me pregunta por caja fuerte, joyas, dinero. Manifiesto que vamos a cooperar, que no nos vamos a resistir así que no va a haber ningún problema para que ellos reaccionen en forma agresiva".
Consultado sobre el robo de computadores, el magistrado afirmó que éstos contenían "antecedentes que uno normalmente maneja como juez donde redacta fallos. A veces con información de correos electrónicos, pero no había algún tipo de dato que se pudiera considerar determinante para algún caso concreto".
latercera

domingo, 14 de diciembre de 2014

G.B.I:COLONIALISTAS GENDARMERIA CHILE = C.N.I: Machi Celestino Córdova sufre agresiones físicas al interior de la Cárcel de Temuco.


COLONIALISTAS GENDARMERIA CHILE = C.N.I: Machi Celestino Córdova sufre agresiones físicas al interior de la Cárcel de Temuco.


Mediante un comunicado público, el Machi Celestino Cordova denuncia las agresiones físicas de las que fue víctima el día 7 de diciembre, por parte de un interno. Denuncia la responsabilidad de Gendarmería en este hecho.
COMUNICADO PÚBLICO      
                                                                    09 diciembre 2014
Le comunicamos a la Nación Mapuche, simpatizantes, todos quienes solidarizan con el movimiento mapuche a la comunidad nacional e internacional, a los distintos Organismos de derechos Humanos local, regional e internacional y a la opinión pública en general que:
El día domingo 07 diciembre del 2014 aproximadamente a las 11:30 y las 12 hrs del día; Sufrí un atentado en el modulo en contra de mi integridad física, síquica, y moral por parte de un interno ajeno al dormitorio lugar en donde me tienen sometido a permanecer recluido desde el inicio de mi proceso judicial.
Como Machi, Autoridad Espiritual y Preso Político Mapuche, tengo la absoluta certeza que hay manipulación de los agentes del estado de Chile; en utilizar a otro interno en atentar en contra de mi persona o mejor dicho en contra de mi vida. Para luego el personal de gendarmería como agente del organismo del estado chileno ocultar o simplemente tergiversar la información de lo que realmente ha ocurrido, con el único propósito de continuar ensuciando mi condición de Machi y así continuar criminalizando mi planteamiento Religioso, Cultural y Político.
Como es de conocimiento público ha venido ocurriendo con todos los distintos luchadores dignos y claros de que significa el movimiento y lucha mapuche.
Debo dejar en claro frente a mi Pueblo Nación Mapuche, a la opinión Pública en general y a los estimados periodistas que:
El nuevo acontecimiento “atentado” que me ha ocurrido es de responsabilidad del Estado de Chile atreves de su institución ya que esta se ve que no brinda la debida seguridad que le corresponde; por la malas tácticas que ha llevado a cabo a través de distintos organismos en relación a nuestros legítimos derechos como Nación Mapuche, Derecho a la Reconstrucción, Derecho a la Autodeterminación, Derecho al Autodesarrollo, el Derecho a la Autodefensa en nuestro Propio Espacio Territorial.
Cabe señalar que hasta este momento el Estado de Chile se ha encargado de secuestrar, asesinar, encarcelar, criminalizar, silenciar, comprar a miembros de nuestro pueblo en distintas partes de Nuestro Territorio,  situación que ha sido mucho más notoria en esta mal llamada Democracia. Como un sencillo ejemplo: Hasta el momento no me han autorizado a pronunciarme públicamente por un medio de comunicación de mi confianza.
Ahora probablemente el Estado de Chile una vez más buscara la formula de hacerme pasar por Victimario, siendo yo él que sufrió un atentado a vista y paciencia del personal que debió haber estado mas alerta en ese instante, para que hubiese prevenido cualquier tipo de incidente.
Mencionar que esta situación se da para pensar muchas cosas ya que se  da pie para que me pongan trabas a futuros beneficios, también se aprovecha para hostigarme sicológicamente ya que me niegan los días de visita generales y las visitas individuales -autorizadas con mis familiares directos (esposa, hijos/as, etc. etc.)
Aprovecho hacer un amplio llamado a todos los Lonco, Machi; Werken; kom pu peñi, kom pu lamgen, miembros de distintas organizaciones Mapuche y no Mapuche, todos los simpatizantes a: acercarse a apoyar las acciones legales a seguir; por lo ocurrido en contra de mi persona, a continuar difundiendo y sacando a la luz pública de cómo actúa el Estado de Chile en su conjunto a través de sus instituciones; atentando en contra de nuestros hermanos Mapuche tanto como no Mapuche.
Machi Autoridad Espiritual Mapuche
Preso Político Mapuche
Celestino Córdova
10/12/2014


Dirigentes ANFUP denuncian a Gendarmería
Miércoles, 25 de Abril de 2012

A petición de la Asociación Nacional de Funcionarios Penitenciarios (Anfup), el diputado del Partido Por la Democracia, PPD; Tucapel Jiménez, citará a la Comisión de Derechos Humanos al director de la institución, Luis Masferrer, y a su par del Hospital Militar, coronel Sergio Rivas González, para que expliquen una serie de irregularidades que estaría cometiendo Álvaro Corbalán, el ex jefe operativo de la disuelta CNI que cumple condena en Punta Peuco por su implicancia en casos de violaciones a los derechos humanos.
El diputado destacó que las "sugerencias" de cambios en el alto mando de la institución que hace Corbalán en el documento de inteligencia que se le descubrió en el penal es "tremendamente coincidente" con la actual estructura de mando que posee el servicio de prisiones.
"Ese memorándum que él escribe, donde se da el lujo de proponer y sacar personas de diferentes cargos, actuando como un asesor político del director de Gendarmería. Resulta que es totalmente coincidente con lo que ha pasado hoy día en Gendarmería. No sabemos si esto es una mera coincidencia extraña o él está actuando como un asesor político del director de Gendarmería", recalcó Jiménez.
El dirigente nacional de Anfup, Pedro Hernández, aseguró que la "coincidencia" se da en alrededor de 18 altos funcionarios, donde, por ejemplo, figura el despido del ex comandante Heriberto Muñoz, quien aparecía "mal evaluado" por el ex agente de la CNI.
Otras fuentes sindicales apuntan hacia Emilio Alfaro Bravo, quien es "recomendado" por Corbálan en el documento confiscado para que asesore al director de Genchi.
Las mismas fuentes aseguran que Alfaro es un ex funcionario que fue dado de baja por ser condenado por apremios ilegítimos y que posteriormente fue sancionado penalmente por conducir en estado de ebriedad. Agregan que ambas sentencias fueron borradas, tras acogerse a un beneficio.
"En las filas de Gendarmería sólo queda desazón y desconfianza de nuestras autoridades y además que éste, siendo un servicio tan importante y tan sensible, que un infractor a los derechos humanos, como es el señor Corbalán, esté dándole forma nuestra institución. Para nosotros es sumamente grave", enfatizó Hernández.
Por otra parte, el diputado denunció que el Hospital Militar de Santiago está convertido en "una base de inteligencia" de Corbalán.
"Vamos a citar al director del Hospital Militar de Santiago para que explique qué es lo que ocurre con Álvaro Corbalán. Que muestre su ficha clínica para saber por qué está toda la semana en el Hospital Militar y, en el fondo, el hospital se ha convertido en una base de inteligencia", reveló Jiménez.
El parlamentario agregó que el ex agente "opera o hace operaciones de inteligencia desde el Hospital Militar. Es sabido que recibe visitas todos los días, no así en Punta Peuco, que recibe 2 veces a la semana".
"Cómo un personaje tan siniestro, uno de los peores asesinos que ha tenido la historia de Chile, pueda seguir operando políticamente desde una cárcel o desde el Hospital Militar", se preguntó el diputado.
Según Jiménez, las autoridades políticas tienen responsabilidad en otorgar facilidades y medios para que Corbalán siga funcionando como si estuviera en plena libertad.
Para el dirigente de Anfup, Oscar Benavides, la prioridad es desarticular todos "estos aparatos que hoy día están favoreciendo y beneficiando a estos internos que cumplen condena como cualquier otro preso".

Fuente: Agencias

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Procesan a dos CRIMINALES DE LESA HUMANIDAD FF.AA. carabineros (r) por homicidioMoisés Marilao Pichún en PRINCIPAL CENTRO DE EXTERMINIO,TORTURA; quien fue detenido el 18 de abril de 1985 en SEGUNDA comisaría de Temuco durante dictadura

Procesan a dos carabineros (r) por presunto homicidio en comisaría de Temuco durante dictadura

Álvaro Mesa, ministro en visita sobre derechos humanos de la Corte de Apelaciones de Temuco, sometió a proceso con prisión preventiva a dos funcionarios en retiro de Carabineros, como presuntos autores del homicidio de un detenido al interior de la Segunda Comisaría de la ciudad el 19 de abril de 1985. 
Según los antecedentes, el 18 de abril de 1985 fue detenido Moisés Marilao Pichún en estado de ebriedad en la vía pública, siendo trasladado hasta la Segunda Comisaría de Carabineros de Temuco. 
El informe añade que en la madrugada del 19 de abril, un sargento primero a cargo de la guardia de la unidad sintió un estruendo, que provenía del interior de la unidad policial, percatándose que el sonido correspondía al de un disparo. 
Sin embargo, cuando se acercaba al lugar, habría observado una silueta humana que se abalanzó sobre él, dándose cuenta que correspondía al detenido que estaba fuera de los calabozos, comenzando un intenso forcejeo entre ellos.
Tras recibir ayuda de otros efectivos policiales de guardia y con el detenido ya reducido, el sargento le habría disparado, lo que generó la muerte inmediata del hombre, sin alcanzar a recibir auxilio médico.
Como autores del delito de homicidio fueron sometidos a proceso Miguel Véjar Rojas y Óscar Patricio González Gutiérrez.

Fuente: BioBioChile
http://www.biobiochile.cl/2014/11/03/procesan-a-dos-carabineros-r-por-presunto-homicidio-en-comisaria-de-temuco-durante-dictadura.shtml

Humberto Maturana: “El Lucro no es Ganancia Legítima”

Entrevista

Humberto Maturana: “El Lucro no es Ganancia Legítima”

Es seguramente nuestro más destacado científico por sus estudios en ciencias cognitivas, pero se caracteriza por su preocupación por lo humano también fuera de los laboratorios: la convivencia con otros y el entorno, y la ciudadanía, para él son la esencia de su quehacer. Se podría decir que su influencia mundial superó con creces los límites de la biología. Con muy bien llevados 84 años, Maturana –biólogo, autor de decenas de publicaciones, Premio Nacional de Ciencias– no necesita demasiadas presentaciones.
Desde el Instituto Matríztica, su centro de acción desde hace unos años, conversa con El Desconcierto sobre la colaboración, la democracia, el lucro y el medioambiente.
Desde el punto de vista ambiental, ¿cómo ve estos tiempos? ¿Estamos al borde de un descalabro como dicen algunos?
Estamos viviendo las consecuencias de una época de gran inconsciencia respecto a la conservación del espacio de nuestro vivir como seres humanos; eso nos tiene en una situación muy difícil que se expresa en daño ecológico, destrucción de biotipos, pero al mismo tiempo tenemos más conciencia de ello. Pero la conciencia no basta si uno no tiene la voluntad de acción y hoy no tenemos bastante voluntad de acción. Hay más ciudadanos que se preocupan, pero no hay voluntad política para actuar de modo de evitar el daño ambiental que generamos. Siempre tenemos argumentos de tipo económico que parecerían justificarlo. Los humanos generamos teorías con las cuales justificamos lo que hacemos.
¿Y esa es la explicación de por qué, pudiendo escoger, no hacemos lo que se aconsejaría hacer frente a la crisis ambiental?
Si no escogemos un cambio radical con respecto a esta ceguera sobre el daño ambiental que estamos generando es porque tenemos teorías que lo justifican, teorías económicas, teorías políticas, filosóficas.
¿Y esas teorías, cómo se explican? ¿Por qué creamos esas teorías?
Tenemos teorías porque los seres humanos en cuanto existimos en el lenguaje hacemos teorías explicativas. En todos los cambios culturales que han habido desde el origen de lo humano se han adoptado teorías. Mientras el mundo fue suficientemente grande y los efectos de lo que hacíamos era pequeño no importaba mucho. Pero hacemos teorías y nos sentimos bien haciendo teorías.
¿COMPETIR O COLABORAR?
¿Cree que las teorías responden a intereses; que adoptamos las teorías que se acomoden mejor a nuestro interés egoísta, egocéntrico?
Ciertamente, toda teoría se funda en ciertas premisas que uno acepta como válidas y construye desde allí una argumentación lógica para validar un deseo, un interés, una preferencia. Eso es así. Nuestras teorías se basan siempre en una emoción. El tema está en qué cosas queremos, cuáles son nuestras preferencias
¿Cuál cree que es la emoción predominante en la sociedad actual?
Pienso que es la valoración de la competencia. Pensar que el competir es un valor y la noción de que nos lleva al progreso y el éxito. Creo que en estos momentos nos movemos en eso: se busca el éxito y el progreso a través de la competencia y de la lucha.
Somos seres determinados en nuestra visión de mundo por lo que hemos vivido. ¿Nuestro margen de escoger qué hacemos está definido por las alternativas que esa manera de ver el mundo nos ofrece?
No, porque usted como ser humano puede preguntarse por los fundamentos de lo que hace. Usted cuando se pregunta eso va a llegar a una cosa mucho más fundamental que en último término lo va a confrontar a una situación ética. Los seres humanos siempre podemos dar un paso al lado y preguntarnos si nos gusta lo que estamos haciendo. Y si nos gusta, seguimos. Y también podemos preguntarnos si nos gusta que nos guste. Entonces uno puede entrar en un espacio reflexivo, si quiere.
Y en esa reflexión, ¿a qué conclusión ha llegado? ¿Qué es lo que a usted le gusta?
A mí me gusta lo que a todos los seres humanos les gusta: que nos respetemos, nos colaboremos, que hagamos cosas en forma responsable, que cumplamos los compromisos, que seamos honestos con los demás y con nosotros mismos.
En la práctica no vivimos eso, no nos cuestionamos demasiado, nos dejamos conducir, vivimos con desconfianza y resentimiento. ¿Se puede educar hacia eso?
Sin duda, se puede educar, desde luego a los niños. En cómo convivimos con nuestros hijos de modo que ellos crezcan o en el resentimiento dispuestos a destruirlo todo o dispuestos a colaborar, de ayudar a otro cuando está en necesidad. Porque según como vivamos nosotros es como ellos van a crecer.
¿Qué es la democracia?
La democracia no es una noción política de elección de gobernantes: es la declaración de un deseo de convivencia en la colaboración y el mutuo respeto en un proyecto común de bienestar para todos. Si acepto eso, entonces puedo mirar las consecuencias que eso tiene y reflexionar sobre cómo se hace, pero hay personas que seguramente no quieren la democracia porque piensan que sin autoridad las cosas no se hacen.
¿Cómo se hace para construir esa idea de democracia?
Conversando con respecto a lo que queremos. Por ejemplo pensemos en la constitución política de un país. La constitución es la declaración de un propósito acordado de convivencia. Nos reunimos y acordamos convivir de esta manera y eso lo expresamos en leyes y normas. Si todos aceptamos eso, ese va a ser el espacio del orden y definimos qué espacio nos da para reflexionar. Si conversamos nos vamos a encontrar con que en el fondo todos los seres humanos preferimos la honestidad y la colaboración a la obediencia y el sometimiento.
Y si es así, ¿por qué no funciona?
Porque tenemos teorías que lo niegan. Toda discriminación se funda en la teoría que lo justifica. Lo primero que tenemos que responder es si queremos vivir juntos o no. Si tratamos nuestras discrepancias como oposiciones que se van a resolver a través de la lucha, nos vamos por un camino. En cambio, si las tratamos como situaciones en las que tenemos que detenernos a conversar, porque en el fondo queremos vivir juntos, nos vamos por otro camino. Si una de las partes no quiere conversar, entonces no resulta.
¿Y ahí es legítimo usar otras fórmulas?
No va a resultar con obligar por la fuerza, porque eso genera resentimiento. Pero lo que va a pasar es que, en el fondo, si nos damos el tiempo, todos queremos generar un espacio de convivencia en el mutuo respeto porque es donde nos sentimos mejor.
La emoción predominante hoy, decía usted, es la de la competencia, de invalidar al otro, de ser mejor que el otro. ¿Cómo llegamos a eso? ¿Por qué?
Creo que hay varias circunstancias a lo largo de la historia, en sus distintos momentos. Y tienen que ver con la adicción, adicción a muchas cosas. Por ejemplo, la adicción al poder es querer que el otro haga cosas para mí. Porque me siento bien, porque tengo miedo o no me siento seguro para abrir un espacio de colaboración. En la historia, todas los conflictos son por deseos contradictorios. Queremos cosas distintas y no conversamos. Pensemos también que tenemos una historia de control; que el orden surge por el sometimiento, por la fuerza, y eso empieza en la adicción de ser servido… Es rico que los demás hagan cosas por nosotros.
¿Eso está en la naturaleza humana?
Creo que es aprendido. Podría ser de otra manera, ha sido de otra manera y es de otra manera. Por ejemplo, en la familia, donde hay más colaboración. Por eso el tema del conversar, de darse tiempo para estar juntos y preguntarse cómo resolver nuestras discrepancias. Ahí se abre la posibilidad de inventar algo. Pero la pregunta inicial clave es si queremos vivir juntos.
“ME GUSTARÍA ENCONTRARME CON UN MILAGRO”
Estamos en constante conflicto. Por ejemplo, en el tema ambiental. Hay inversiones que se dice dan trabajo y generan riqueza, pero las comunidades cercanas se sienten afectadas y no quieren estos proyectos. Se da un conflicto y los proyectos o no se hacen o tienen problemas. Hoy los ciudadanos, ante cualquier proyecto, se oponen. Se ha instalado la desconfianza.
La desconfianza, esa es la pregunta: ¿cuándo desconfiamos? Cuando hemos sido engañados. Las empresas proponen proyectos, ofrecen prosperidad, trabajo, bienestar, pero luego esas promesas no aparecen. Y a cambio quedan consecuencias que fueron ocultadas, como la contaminación. Queda en evidencia la mentira. Al hacer trampa, hay desconfianza.
¿Cómo hacer entonces?
Si una empresa es respetuosa y honesta y dice que quiere hacer un proyecto, no debe engañar: debe decir cuales son todas las condiciones y hacerse cargo de las consecuencias negativas para preservar el bienestar de la comunidad por todo el tiempo que dure el proyecto, y se llega a un acuerdo. Ahí la empresa podrá tener una utilidad legítima.
¿Que piensa del lucro?
El lucro para mí no es ganancia legítima. La idea de lucro aparece cuando la ganancia es ilegítima. Es decir, cuando tomo lo que es de bienestar para la comunidad y lo destino a mi bolsillo. Ahí hay una ruptura de la honestidad y de la equidad. Pero si nos respetamos y somos honestos, si reconocemos que las personas tenemos diferencias de gustos, de talentos, y si por esas razones que una persona gane más que otra nos parece legítimo, no hay problema. El problema es cuando uno siente que es ilegítimo, que hay inequidad en alguna parte.
Muchos pensamos que ganamos menos de lo que merecemos y viceversa respecto del prójimo.
Claro, pero hay límites, que no son numéricos, son síquicos; es el límite donde uno siente que la diferencia es demasiada, que no es justificable.
¿Qué rol cabe a los líderes políticos en todo esto? Su conducta de respeto y honestidad han estado en cuestión…
Absolutamente. Yo pienso que el líder es bueno cuando se deshace, cuando deja de ser líder. En el fondo yo pienso que los líderes son un inconveniente muy grande porque implican una entrega del otro.
¿No debiera haber líderes?
Yo pienso que no. Pero hay responsabilidades que una persona puede aceptar, conversando, para ser un guía temporal. La palabra líder significa guía, pero en la historia significa algo más: un líder requiere de una entrega del otro, siente que el otro debe hacer lo que él dice. El guía debe convencer a los demás de lo adecuado de un camino. Es muy distinto. La historia de los líderes es una historia engañosa, de relaciones de dominación y sometimiento. Por eso el mejor líder es el que se deshace. Sin apropiarse de la responsabilidad. La historia de la democracia es una historia por evitar que alguna persona se apropie de las responsabilidades de la comunidad.
Usted propone entonces una especie de democracia conversacional.
Digo que si estamos en democracia tienen que haber conversaciones, porque es la única forma de generar acuerdos. Si no hay conversaciones no hay democracia. Las elecciones no constituyen una democracia.
O sea, ¿no vivimos en democracia?
No vivimos en democracia. Declaramos la democracia, pero no la tenemos en la práctica. La democracia, como escribí una vez, es una obra de arte de ir generando un proyecto común en el mutuo respeto y en la colaboración. La tarea es generar ese tipo de convivencia.
¿Y cree que eso es posible? ¿En qué se basa su confianza habiendo tantas señales en contrario?
Se basa en que a los seres humanos nos gusta colaborar y en que todos queremos ser respetados y respetar. El único espacio en que eso es posible es la democracia, que es justamente el intento de una convivencia de personas que se respetan en un proyecto común. Es difícil, claro, porque tenemos muchas teorías que niegan el respeto y la colaboración.
Usted aprende permanentemente. ¿Qué es lo último que ha aprendido?
He aprendido que los seres vivos en su vivir son ensimismados. Y que sólo los seres humanos en cuanto existimos en el lenguaje podemos no serlo; podemos darnos cuenta dónde estamos, reflexionar, escoger, ver que hay otros con los cuales queremos generar una convivencia legítima. Los otros seres vivos, los insectos, las plantas, viven en sí mismos su vivir. No tienen cómo ocuparse de entender al otro para generar un mundo común.
Como científico, usted apela a evidencias. ¿Hay alguna evidencia que ande buscando y no ha logrado encontrar? ¿Una pregunta que le dé vueltas?
Una de las nociones fundamentales en el hacer ciencia está en lo que uno puede llamar eldeterminismo estructural, que dice que todo sucede de acuerdo a las coherencias propias de la circunstancia en que sucede. Y uno confía en eso. Yo confío en que mi computador va a operar de determinada manera. Si así no fuera, me preguntaré qué pasó. Y voy a procurar recuperar el espacio de coherencia que me permita o hacer que funcione de la manera prevista o explicar por qué me está funcionando de otra manera. Entonces, si tengo alguna pregunta, sería: ¿existe de hecho algo que yo pudiera decir que viola el determinismo estructural? Y lo único que podría violar el determinismo estructural es el milagro, porque los milagros son situaciones en las cuales las coherencias estructurales del espacio donde se encuentran se violan. Me gustaría encontrarme con un milagro.
Pablo Sepulvedavía: diarioreddigital.cl

CHILE,TEMUCO: Camionero simuló ‘atentado incendiario’ para cobrar seguro

La Araucanía:

Padre Las Casas: Camionero simuló ‘atentado incendiario’ para cobrar seguro

El hecho ocurrió el pasado 18 de junio en el sector de Caivico. Camión fue incendiado por el dueño ayudado por su primo para simular 'ataque incendiario' y cobrar seguro.
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elperiodico.cl
La Policía de Investigaciones (PDI) detuvo ayer en Temuco a dos personas acusadas de quemar intencionalmente el camión propiedad de uno de ellos para cobrar posteriormente el seguro, que le entregó en compensación la suma de 14 millones de pesos.
Según los antecendentes entregados por el mismo propietario, Hugo Castro Delgado, el camión, del año 98, había sido sustraído de su vivienda y luego incendiado en el sector de Caivico.
El fiscal a cargo, Alberto Chiffeche, señaló que “el objetivo de hacerlo en esta zona fue aprovechar la contigencia que hay en la misma”. Sin embargo, añadió, que gracias al trabajo  de investigación, tras analizar “toda prueba técnica y científica para posicionar a los imputados en el lugar, ellos ya reconocieron su responsabilidad”.
“Ellos pensaron que el hecho iba a pasar de manera más encubierta y sin mayor investigación, pero está claro que la Fiscalía y la Policía investigan cada uno de los atentados o posibles atentandos”, añadió el fiscal.
Los dos imputados por delito de incendio y fraude al seguro, que son primos, serán formalizados hoy  martes y se enfrentan a una pena que podría llegar hasta los 10 años de cárcel, 5 por cada uno de los delitos atribuidos.
 El Ciudadano

domingo, 2 de noviembre de 2014

PARAMILITARES COLONIALISTAS FASCISTAS CHILENOS ASESINAN WERKEN Víctor Mendoza Collío (27) en la comunidad Requem Pillan, al interior de la localidad de Pidima, comuna de Ercilla, IX región:

El asesinato de comunero Mapuche, la responsabilidad “política” de carabineros y las sospechas en integrantes del GOPE








En cada siniestro y cobarde asesinato que ha ocurrido en territorio Mapuche de comuneros , en el marco de conflictos de tierras ancestrales y que ha significado la responsabilidad directa de ciertos agentes policiales del estado, como ocurrió con el asesinato de Alex Lemun con un disparo en la frente y que involucró a un oficial de la institución que quedó impune. Los asesinatos de Jaime Mendoza Collio y Matías Catrileo, por la espalda y que involucró a dos integrantes del GOPE (Grupo de operaciones policiales especiales de carabineros), la institucionalidad de carabineros ha tratado de encubrirlos, refiriéndose a “enfrentamientos” y dando fe a falsas coartadas señaladas por los hechores.
Asimismo, coincidentemente, principalmente desde las directrices del diario el mercurio (Emol) de Agustín Edwards, un civil que sigue en la impunidad a pesar de todas sus responsabilidades en violaciones a los Derechos Humanos durante la dictadura militar y de los montajes, conspiraciones y cortinas informativas para menoscabar y desviar las atenciones de situaciones de fondo con respecto a las movilizaciones y protestas sociales que exigen reparaciones de tierras, situándolas Edwards como “terrorismo Mapuche” o “violencia rural”, sigue siendo activo en dar cobertura a encubrimientos de los asesinos de jóvenes Mapuche.
Este miércoles 29 de octubre de 2014,  fue asesinado a metros de la puerta de su casa el comunero mapuche Víctor Mendoza Collío  en la comunidad Requem Pillan, al interior de la localidad de Pidima, comuna de Ercilla, IX región. El comunero recibió un disparo mortal de escopeta en la clavícula. Mendoza era werken de su comunidad que se encontraba en un proceso de recuperación de tierras ancestrales. Según su familia y miembros de la comunidad esto se trató de un asesinato perpetrado por desconocidos y no por una riña o enfrentamiento entre comunidades como se ha dicho.
Por su parte, medios comerciales informativos señalaban que el hecho se habría tratado de “un conflicto entre comunidades”. El diario el Mercurio publicaba: “La policía pesquisaba esta noche un incidente ocurrido en una zona cercana a Ercilla, en la Región de La Araucanía, en el que resultó muerto un comunero mapuche”. Agrega: “La víctima fue identificada como Víctor Manuel Mendoza Collío, de 46 años de edad. Falleció en el área de la comunidad Requén Pillán”. Continúa señalando: “De acuerdo a los primeros reportes desde la zona, el hecho se relacionaría con un enfrentamiento entre comunidades indígenas”.
Cabe consignar que Rodrigo Melinao Licán, fue asesinado el 6 de agosto del 2013. Asesinato que aún sigue impune. Rodrigo fue rematado en cercanías de su casa ubicada al interior de la comunidad Rayen Mapu, en proceso de recuperación territorial, del Lof  Lolokos, en el sector de Pidima, comuna de Ercilla. Su cuerpo fue encontrado por su familia con impactos de escopeta, en el mismo lugar se encontraron los cartuchos y se estableció que le dispararon a poca distancia.
¿Qué se desprende?
Los asesinatos de jóvenes y comuneros Mapuche se han enmarcado con el propósito de instalar al interior de las comunidades estados de pavor. Asimismo, de polarizar y generar un ambiente de mayor tensión en los territorios donde se están sosteniendo procesos de recuperaciones de tierras por parte de comunidades Mapuche y que involucra los intereses de latifundistas de corte colonialistas y de empresas forestales, aliados de Agustín Edwards, dueño del Mercurio. El ambiente termina por perpetuar mayores actos represivos y mayor presencia de agentes policiales militarizados en los territorios.
Nuevamente aparecen cortinas que buscan desviar la atención sobre posibles responsabilidades. La ligereza de medios irresponsables en situar los hechos como “enfrentamiento entre comunidades indígenas”, como vocifera el Mercurio y otros medios que replican, no aparecen como actos casuales o de incompetencia periodística, sino como actos planificados.
Los hechos nuevamente ocurren en zonas donde existe una alta presencia y control policial, por parte de fuerzas represivas de carabineros y, quienes principalmente se han salido de todo protocolo y procedimiento en allanamientos o desalojos, han sido principalmente integrantes del GOPE.
Cabe consignar que para el asesinato de Jaime Mendoza Collio el 12 de agosto del 2009, quien participaba desarmado de las acciones pacíficas en los procesos de recuperación de tierras y que involucraba los intereses de empresas forestales como Mininco y Arauco, fue perseguido por varios kilómetros para luego ser asesinado con disparos por la espalda. Su asesino, Miguel Jara Muñoz, miembro del GOPE (Grupo de operaciones policiales especiales de carabineros).
El diario El mercurio dio amplia cabida a la tesis del “enfrentamiento” y al actuar del carabinero en legítima defensa. Un año más tarde, ante las comprobaciones de montaje y alterar medios de prueba, el medio de Edwards daba cabida informativa al general de carabineros de la zona: “El nuevo general jefe de la Novena Zona de Carabineros, Iván Bezmalinovic, descartó la existencia de un montaje por parte de personal del GOPE en la muerte del comunero mapuche Jaime Mendoza Collío, ocurrida en 2009 durante un enfrentamiento”, publicaba así el 24 de noviembre del 2010.
De acuerdo a las pericias e investigaciones, el GOPE había disparado su propio casco y chaleco antibalas para hacer creer que había sido un enfrentamiento. El Mercurio y el general Bezmalinovic, hoy represor en la Región de Bio Bio, insistían en que había sido un “enfrentamiento” y en “legítima defensa”.
Situación muy similar ocurrió con Matías Catrileo, asesinado por la espalda por el GOPE Walter Ramírez. El Mercurio publicaba el 4 de enero del 2008: “Comunero mapuche, Matías Catrileo, muere en enfrentamiento con Carabineros en el sector de Vilcún, en la Novena Región”.
Lo ocurrido con Rodrigo Melinao el 2013 y ahora con Víctor Mendoza Collio, se trataría de un nuevo modus operandi y que involucraría a asesinos mercenarios de alta preparación para escabullirse, actuar en la noche y matar cobardemente.
¿Qué relaciones mantienen ciertas jefaturas del GOPE y de Carabineros con Agustín Edwards dueño del Mercurio y presidente de la Fundación Paz Ciudadana?
¿Qué relación hay con unos panfletos aparecidos hace algunas semanas en la zona de Arauco (Región del Bio Bio) con el símbolo de patria y libertad, anunciando el asesinato o mutilación de “cualquier Mapuche”?
Es inconcebible que Gustavo Villalobos, actual director de la agencia nacional de inteligencia, continúa en su cargo, no solamente por incompetencia al no precisar y dirigir análisis e investigaciones al interior de ciertos poderes fácticos y mercenarios, sino a esta altura, por tantos años de complicidad, al no aportar en lo absoluto al esclarecimiento de evidentes contubernios entre ciertos sectores empresariales con agentes estatales policiales en los asesinatos de comuneros Mapuche.
Más de alguien dirá que no es prudente realizar tesis o conjeturas y polarizar aún más el ambiente, aunque sea evidente las responsabilidades, sin embargo se guarda silencio cuando ciertos agentes, sicarios y  Agustín Edwards, conspiran, mienten y acusan falsamente a integrantes del Pueblo Mapuche movilizado.

Alfredo Seguel

INFORMACIÓN RELACIONADA

Peñi Víctor Mendoza Collío fue asesinado frente a su casa por desconocidos y no en enfrentamiento entre comunidades http://www.mapuexpress.org/2014/10/30/peni-victor-mendoza-collio-fue-asesinado-frente-a-su-casa-por-desconocidos-y-no-en

Victor Mendoza Collío, muere tras recibir disparo en las cercanías de Pidima / http://www.mapuexpress.org/2014/10/30/victor-mendoza-collio-muere-tras-recibir-disparo-en-las-cercanias-de-pidima

El asesinato de Rodrigo Melinao y los consecutivos extraños siniestros ¿De quién es este modus operandi? http://www.mapuexpress.net/content/news/print.php?id=10790

El asesinato de Matías Catrileo: Plan de Operaciones encubiertos de un estado siniestro / http://www.mapuexpress.net/content/news/print.php?id=5140

CHILE: LOS GOLPES DEL GOPE EN SEUDA DEMOCRACIA / Leer Más: http://www.g80.cl/noticias/columna_completa.php?varid=5688

Pueblo Mapuche en El Mercurio: Racismo, discriminación y Maquinación noticiosa / http://www.mapuexpress.net/content/publications/print.php?id=2501

“Han desplegado (nuevamente) un perverso manto de turbiedades en territorio Mapuche” / http://meli.mapuches.org/spip.php?article2859

Ver imagen de panfleto aparecido en zona de Arauco




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Familia de Víctor Mendoza Collío: Él fue asesinado afuera de su casa y no en una riña entre comunidades como se dijo


El comunero mapuche Víctor Mendoza Collío, fue asesinado a pocos metros de la puerta de su casa por dos desconocidos. Familia desmiente la versión dada por la prensa y carabineros de que se tratara de una riña entre comunidades y señalan que él fue asesinado y piden justicia. 

Este miércoles 29 de octubre fue asesinado a metros de la puerta de su casa el comunero mapuche Víctor Mendoza Collío (27) en la comunidad Requem Pillan, al interior de la localidad de Pidima, comuna de Ercilla, IX región. El comunero recibió un disparo mortal de escopeta en la clavícula. Mendoza era werken de su comunidad que se encontraba en un proceso de recuperación de tierras ancestrales. Según su familia y miembros de la comunidad esto se trato de un asesinato perpetrado por desconocidos y no por una riña o enfrentamiento entre comunidades como se ha dicho.
Esto contrasta con la versión que diversos medios en horas de la noche del miércoles publicaban, señalando que el hecho se habría tratado de una “riña” en lo que se denominó “un conflicto entre comunidades”.
La mayoría de dichos medios citaban al capitán de carabineros, Francisco Guzmán, quien en el lugar habría indicado que “la muerte del hombre se habría producido en el contexto de un enfrentamiento entre dos comunidades mapuche” y agregaba que en la zona “había barricadas”.
Versión que fue descartada y desmentida por miembros de la comunidad y por la propia familia del peñi asesinado.
Así lo consignaba ya durante la madrugada el medio Mapuexpress tras haber conversado con cercanos a la familia de Víctor Mendoza Collío, cuestión que nos confirmaron telefónicamente y que en la mañana la misma familia confirmó.
Uno de los contactados señaló tajantemente: “No es problema entre o al interior de su comunidad. Llegaron dos personas a su casa, él salió a atender y luego le dispararon por la espalda. No se sabe quiénes fueron pero los culpables hicieron esta acción a rostro descubierto”.
Por su parte, la hermana de Víctor, Irene Mendoza, descartó también que se tratara de un conflicto entre comunidades y señaló que “nadie de su familia tiene conflicto con otras comunidades”, y precisó: “el fue asesinado delante de su esposa que está embarazada de varios meses, no sabemos quien lo hizo, pero a él lo asesinaron”.
El fiscal de la Región Víctor Paredes señaló que se estaban realizando todas las diligencias para aclarar el hecho y que por el momento no se podía descartar nada.

Un modus operandi que se repite:


Víctor Mendoza Collío, era primo de Jaime Mendoza Collío, joven mapuche quien fuera asesinado con un disparo en la espalda el año 2009 a manos del cabo de carabineros Miguel Jara Muñoz durante el proceso de recuperación del Fundo Santa Alicia en Angol. El uniformado fue absuelto y sigue en la institución, su familia a 5 años del crimen aún clama justicia.
El caso de Víctor trajo inmediatamente a la memoria el asesinato de Rodrigo Melinao Licán, ocurrido el 6 de agosto del 2013. Asesinato que aún sigue impune. Rodrigo fue asesinado en cercanías de su casa ubicada al interior de la comunidad Rayen Mapu, en proceso de recuperación territorial, del Lof  Lolokos, en el sector de Pidima, comuna de Ercilla. Su cuerpo fue encontrado por su familia con impactos de escopeta, en el mismo lugar se encontraron los cartuchos y se estableció que le dispararon a poca distancia.
asesinato rodrigo melinao
Asesinato de Rodrigo Melinao Licán
La familia y la comunidad señalaron en aquella oportunidad lo extraño del crimen en una zona en donde existe gran contingente policial, de hecho la comunidad era sistemáticamente monitoreada y controlada, y a pocos metros de un camino ocupado casi exclusivamente por la policía.
Además su tumba, ubicada en el cementerio de Chequenko, ha sido también profanada 2 veces, siendo también rayada con frases ofensivas, lo que ha sido denunciado por su familia sin obtener mayores respuestas ni diligencias.
Este 2014 sucedió un hecho similar, también en Ercilla. El reconocido werkén Hugo Melinao fue atacado el 2 de de octubre de este año por civiles quienes lo hirieron a bala (en su pierna) afuera de su casa de la comunidad en Pailahueke para luego huir. Melinao y su familia llamaron a la ambulancia que luego lo trasladó hasta el hospital. Mientras Melinao estaba en el hospital su casa fue allanada y el quedó en calidad de detenido. Esto tras ser acusado de ser responsable de quemar unos camiones que transitaban por la ruta 5 sur, a la altura de Pailahueke.
Melinao había comentado a sus cercanos las sospechas de que querían atentar contra el. Esto tras la quema de la casa que días antes ocupara Melinao, hecho ocurrido el 18 de julio de este año. En dicho lugar, en el que ya no vivía Melinao, dejaron panfletos con la leyenda “no te gusta quemar casas de personas… di ahora que se siente”.
Hace rato que estamos viendo cosas extrañas en la zona, no descartamos que se este ocupando a personas y que estas estén amparadas por la misma policía para amedrentar y asesinar a peñis que están en procesos de recuperación territorial“, nos señala un miembro de la comunidad Rayen Mapu, denuncia que ya han hecho publica en reiteradas ocasiones sin tener respuesta ni el interés de las autoridades.
La tesis apunta a grupos paramilitares en la zona, cercano a latifundistas, y también a Yanakonas (traidores) que están trabajando con estos grupos y que circulan por la zona sin problemas y con el beneplácito de la policía y las autoridades.
Por su parte el gobierno ha salido rapidamente a decir que el crimen “no tendría un carácter político”. Así lo señaló la presidenta Bachelet desde España quien señaló: “No es muy claro en qué condiciones haya fallecido, sí me han dicho que no tiene un sentido político ni de otro tipo, pero será la justicia, la fiscalía la que determine las causas” según consigna La Nación
El cuerpo de Víctor Mendoza Collío fue llevado hasta el Servicio Médico Legal de Temuco para realizar la autopsia y peritajes correspondientes. La familia y su comunidad exigen que no haya impunidad como en otros casos y que haya justicia y castigo para él.



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jueves, 14 de agosto de 2014

Neltume: los cinco conscriptos que acusan al diputado Rosauro Martínez (RN) de dirigir la masacre.

PARLAMENTARIO Y EX MAYOR SE JUEGA EL DESAFUERO POR 11 HOMICIDIOS

Neltume: los cinco conscriptos que acusan al diputado Rosauro Martínez (RN)

En una investigación que ha tomado varios años, el reconocido cronista Cristian Alarcón reconstruyó paso a paso la trama que culminó con la muerte de 11 miristas en la zona cordillerana de Neltume en 1981. Entre los testimonios que recogió, impactan los de cinco ex conscriptos que participaron en la Operación Machete y que fueron testigos de la cacería encabezada por el entonces capitán Rosauro Martínez, quien enfrenta en estos días la petición de desafuero por tres homicidios en Neltume. Uno de los oficiales bajo su mando fue Luis Sanhueza Ros, procesado y condenado por varios crímenes de la dictadura.
Muy poco se sabe del pasado del reelecto diputado Rosauro Martínez Labbé (RN), quien aparece como figura protagónica en una de las historias de la dictadura jamás contadas por sus testigos. El entonces capitán de la Compañía de Comandos Nº 8 del Regimiento “Llancahue” de Valdivia fue, según una investigación basada en los testimonios de cinco soldados conscriptos de esa fuerza especial del Ejército, documentos judiciales y entrevistas con sobrevivientes, quien comandó en los alrededores de Neltume una masacre publicitada como un gran triunfo militar en 1981: el aniquilamiento de un destacamento de guerrilleros del MIR que había creado un temerario foco de resistencia a la dictadura de Augusto Pinochet.
Foto tomada por el entonces capitán Rosauro Martínez durante la "Operación Machete" en Neltume.
Rosauro Martínez (63 años), quien acaba de ser reelegido para su sexto período parlamentario, ha negado toda responsabilidad en los hechos, pero los testimonios recogidos en esta investigación entregan detalles hasta ahora desconocidos de su rol clave en la masacre de Neltume. Todo ocurrió en 1981, once años después de que Martínez ingresara al Ejército, cuyas filas abandonó en 1987 con el grado de mayor. Poco después, era premiado por Pinochet al designarlo alcalde de Chillán, la ciudad que hoy representa en el Congreso, cargo que mantuvo hasta 1992, año en que se realizaron las primeras elecciones municipales luego de recuperada la democracia.
Memorial en honor a las víctimas de Neltume
La hoja de vida del mayor (r) Rosauro Martínez entre 1973 y 1987 es un misterio. Lo que sí se sabe con certeza es que la mayor parte del tiempo que sirvió en el Ejército lo hizo en los servicios secretos. Lo que aprendió en su paso por la Escuela de Las Américas, centro de entrenamiento antisubversivo estadounidense en Panamá, lo utilizó a cabalidad no sólo en la masacre de Neltume. CIPER escuchó un testimonio que da cuenta de su rol también protagónico en uno de los grupos más secretos de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE) en los años 80.
Los misterios también han rodeado la masacre de Neltume. Oficialmente cobró 11 víctimas, pero los testimonios recogidos en esta investigación dan cuenta de otros muertos, los que habrían sido campesinos de la zona. A medida que se entrevistan testigos, el número de cadáveres vistos por los soldados no coincide con las listas oficiales. Es necesario entonces que la justicia despeje la identidad de esos muertos que nadie quiso ni pudo denunciar en esa zona cordillerana de extrema pobreza.

LA REFORMA AGRARIA EN EL ORIGEN

El Movimiento Campesino Revolucionario, brazo rural del MIR, tuvo un rol protagónico en el proceso de toma de fundos madereros en la zona de Neltume (a unos 900 kilómetros de Santiago), durante el gobierno de Salvador Allende. Entre diciembre de 1968 y septiembre de 1973 un grupo de militantes de la Universidad Austral de Valdivia hizo un trabajo que logró sumar a los campesinos y trabajadores del Complejo Forestal Panguipulli (con más de 360 mil hectáreas en la zona) al proceso de expropiación que propició la Reforma Agraria. Entre esos trabajadores uno se ganó la fama: Comandante Pepe lo llamaron. Su nombre era Gregorio José Liendo Vera y fue fusilado en octubre del ’73, junto a otros 11 dirigentes de los 22 fundos expropiados a sus dueños por el gobierno de la Unidad Popular, en el polígono de tiro del Regimiento Llancahue, tras un Consejo de Guerra.
Ocho años más tarde, en ese mismo regimiento, unas cuatro hectáreas rodeadas de un pantano al que en la zona llaman Hualve, el entonces oficial de Ejército Rosauro Martinez Labbé entrenó a los conscriptos que integrarían la base de la Operación Contraguerrilla Machete, nombre que recibió la expedición en busca del grupo mirista.
La rebelión de Neltume -liderada por el Comandante Pepe- mereció especial dedicación de los militares y empresarios madereros y agrícolas que llegaron al poder con Pinochet. No hubo tregua en esa zona para la represión política. Quienes participaron en la Reforma Agraria, o fueron asesinados o pasaron por la tortura y la cárcel o lograron partir al exilio. Algunos de sus líderes más jóvenes lograron escapar a distintas ciudades de Europa, en Holanda, Suecia y Francia. Allí estaban en 1978 cuando fueron convocados por la dirección del MIR a una reunión en Praga donde se les notificó que serían protagonistas de la Operación Retorno.
Inspirados en la guerra de Vietnam, los miristas intentaron levantar un foco guerrillero en Neltume.
Esa decisión de la cúpula del MIR formaba parte de otras estrategias, diseñadas tanto en la Unión Soviética como en Cuba y que propiciaban la creación de zonas revolucionarias en América Latina. En Chile, Miguel Enríquez, el líder del MIR asesinado en 1974, impulsó un Movimiento de Resistencia Popular que debía sumar a los distintos partidos y movimientos de izquierda y hasta el progresismo de la Democracia Cristiana. La idea –explica el doctor en historia Robinson Silva en su libro Resistentes y clandestinos, la violencia política del MIR en la dictadura profunda (1978-1972)- era que ese movimiento fuera capaz de “conectar la vanguardia con las masas”, para “crear así un ejército revolucionario que enfrentara la dictadura”.
Parte medular de la Operación Retorno era el aterrizaje clandestino de un grupo selecto de militantes del MIR en Nahuelbuta; mientras otros se instalarían en otras ciudades como Santiago, Valparaíso y Concepción. A pesar de la convicción que se desprende de los documentos elaborados por la dirección del MIR para el retorno a Neltume, el destino de la misión sería muy distinto.

ELEGIDOS PARA UNA CACERÍA

Los soldados que fueron entrevistados para esta investigación son hoy hombres de 52 años. Nacieron casi todos en 1961. Ese fue el grupo generacional que el entonces teniente Mario De Toro Gallardo llegó a seleccionar al gimnasio fiscal de La Unión, en marzo de 1981: hijos de familias campesinas de los alrededores de Paillaco, Río Bueno y Puerto Nuevo. El año anterior, en esa zona no había habido reclutamiento. Por eso, la mayoría de los conscriptos tenía 19 años. En el gimnasio de esa ciudad tranquila de unos 45 mil habitantes y casas de madera, se los hizo desnudar y correr ante la mirada atenta de los oficiales que fueron seleccionando a los más fuertes. Uno de ellos, lo llamaremos el conscripto E, recordó en el living de su casa los ojos verdes e intensos del teniente De Toro:
-Yo tenía en esa época unos lindos mostachos. El teniente me miró y me dijo: “Tú te vas a ir con nosotros y allá yo te voy a cortar esos bigotes”.
La promesa sutil del teniente De Toro fue una suave introducción a lo que a partir de ese momento vivirían los conscriptos escogidos:
-De entrada conocimos lo que era estar activo todo el tiempo. Un minuto tranquilo, sin hacer algo, cualquier cosa, y llegaba el palmazo. Porque pestañeabas en la guardia, porque no hacías lo que se esperaba, porque demorabas, porque estaba mal puesto el uniforme, por cualquier cosita venían los castigos –cuenta uno de los ex conscriptos.
Los relatos se repiten con las mismas palabras y hasta con los mismos tonos e inflexiones. Hablan parecido, lo hacen en sus casas, en una leñera, en un patio o arriba de un auto. Muchos de ellos rechazaron tajantes hablar de la historia que no olvidan. Pero algunos optaron por recordar. Todos piden que sus nombres no se escriban. Eran 130 y quieren fundirse en ese número, a pesar de que todos los nombres les quedaron grabados: los de sus instructores, los de los militares que los torturaron, de los que los condujeron en la montaña y los que mataron a los guerrilleros.
Todos esos nombres van saliendo de sus bocas. Y entre todos ellos se repiten los de Arturo Sanhueza Ros (más conocido en la CNI como El Huiro, condenado y procesado por varios asesinatos, ver detalle de sus condenas), Mario de Toro Gallardo, Iván Fuentes Sotomayor, Claudio Peppi Oneto (integrante de la DINA desde sus inicios), Sergio Aguilera, Hilario Nahuelpán Huayquimil, José Miguel Basaúl, Julio Arellano Garamund y Eduardo Inostroza. Y todos vieron en la montaña la sombra del conductor de la Operación Machete, que luego dio paso a la Operación Pilmayquén: Rosauro Martinez Labbé, el capitán.
-La experiencia de nosotros quedó por años en silencio. Nadie más habló de lo que pasó. Yo traté de buscar material de los instructores que teníamos en ese tiempo. No hay nada. Traté de buscar en los documentos al teniente Mario de Toro Gallardo. No sale nada. Al único que encontré es al actual diputado por Chillán que fue nuestro capitán: Rosauro Martínez Labbé –cuenta uno de los ex conscriptos.
Rosauro Martínez
Este ex conscripto es hijo de un sindicalista. Ha sido un guía honesto y cuidadoso para contactar a sus compañeros de la Compañía de Comandos, amortiguando el recelo que se les ha pegado a la piel. Los conoce a casi todos. Se han ido intercambiando miradas y palabras durante estos años en funerales y también en bodas y bautizos. Se han encontrado en las esquinas de Osorno o Valdivia, en buses y en las iglesias evangélicas de las que muchos se hicieron fieles después de haber abandonado el alcohol en el que algunos cayeron cuando dejaron la conscripción. Esta búsqueda de la memoria de los soldados de Neltume comenzó hace ya tres años, cuando este cronista comenzó la investigación para un libro, aún en proceso, que intenta reconstruir los hechos.

ELEGIDOS PARA MORIR

Los guerrilleros del MIR eran sobre todo jóvenes. Cinco de ellos habían sido obreros madereros en el Complejo Panguipulli y más tarde partieron al exilio. René Bravo (25 años), Julio Riffo (30), Próspero Guzmán (27) y Juan Ojeda (27), vivieron en Holanda; José Monsalve (27), en Canadá; Raúl Obregón (31), en Suecia; Pedro Yáñez (31), había nacido en Constitución y venía de Francia.
Dos de los hombres enviados a Chile vía Neuquén (Argentina) para instalarse en la montaña -Luis Quinchalí (38) y José Campos (30)- eran de Temuco. Quinchalí, vino de Holanda y Campos, de Noruega. Ambos fueron detenidos por gendarmes argentinos. De la lista de once miristas muertos en Neltume, son los únicos que no cayeron bajo la metralla del destacamento comandado por Rosauro Martínez. Sus compañeros creen que fueron entregados a militares chilenos. Aún están desaparecidos.
Patricio Calfuquir (28) era originario de Pitrufquén y Miguel Cabrera (30), jefe de todo el grupo, de Temuco. Cabrera, más conocido como Paine, había vivido dos años en una ciudad holandesa cercana a Utrech.
El grupo partió desde París hacia Cuba en marzo del ‘79, en varias tandas. Allí se entrenaron con las técnicas vietnamitas para guerrilla rural. Fueron 25, la mayoría hombres, aunque hubo algunas pocas mujeres en lo que muy pronto se llamó Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro. Allí forjaron el temple y aprendieron, entre otras cosas, a cavar refugios en la tierra: los “tatús”. La historia está contada en clave épica por algunos de los sobrevivientes en un libro de buena prosa: Guerrilla en Neltume. Una historia de lucha y resistencia en el sur chileno. Lo editó Lom. Y lo firma el Comité Memoria Neltume.
Algunos sobrevivientes no suscriben todo lo que el libro cuenta. Entre otros, Elsa, la única mujer que estuvo durante meses en la montaña y que bajó del campamento antes de que irrumpieran los militares de media docena de divisiones armados para la guerra. Las diferencias y matices con la historia que se ha contado están relacionadas con la responsabilidad de los jefes miristas que orquestaron la Operación Retorno. Y con el escaso apoyo material, político y humano que tuvieron los que se aventuraron en Neltume.
Dos datos se repiten en los testimonios de los escasos sobrevivientes: nunca se les permitió armarse y tampoco se los dejó tomar contacto con los campesinos de la zona. Las dos instrucciones perentorias fueron a la postre clave en la derrota y sirven para comprender el nivel de debilidad con el que los guerrilleros se enfrentaron al Ejército.
En febrero de 2007, el jefe de la que fuera la comisión militar del MIR, Hernán Aguiló, hizo un mea culpa en La Nación Domingo, en el que reconoce que la arriesgada apuesta militar de crear un foco guerrillero en Neltume tuvo gravísimos costos humanos para cientos de combatientes idealistas. “Fue un acto de voluntarismo de todos nosotros plantear que el MIR no debía asilarse. Y Miguel Enríquez vanguardizó ese proceso”, dijo Aguiló. El mayor error cometido, afirmó, fue “organizar el apoyo logístico en forma de fachada sin inserción en la masas. Los errores fueron de tal magnitud que a veces la base social de apoyo era el familiar de un detenido desaparecido. Éste es el caso de Neltume”.
El dirigente del MIR Miguel Enriquez
Cuando el sábado 27 de junio de 1981 una patrulla de la Compañía de Comando Nº8 del Regimiento Llancahue, enviada por Rosauro Martínez Labbé, los descubrió cerca del Lago Quilmo, los 12 miristas que se encontraban en el campamento no tuvieron más que correr en bandada hacia las quilas alrededor de las carpas, y escapar a punta y codo. Solo Miguel Cabrera, y su segundo, Raúl Obregón, sabían que los fusiles FAL y las municiones –escasas como la comida– estaban en uno de los siete tatús que lograron construir a un día de marcha rápida, en otro rincón de la fría, nevada y arisca montaña.

UN MUERTO EN BUSCA DE IDENTIDAD

Al inicio de esta investigación, parecía improbable que ese hombre muerto de un tiro en la cabeza, al que los jefes exhibían a fines de junio del ’81 cuando los soldados iban llegando a la montaña, hubiera existido. Porque los militares demoraron 63 días hasta lograr atrapar el 29 de agosto a dos de los miristas: René Bravo y Julio Riffo, y sólo el 13 de septiembre acribillaron al primer guerrillero. Durante ese lapso los militares acosaron a los pobladores de la zona y los torturaron para que revelaran el paradero de los buscados: creían que el grupo del MIR había hecho contacto con ellos y se sostenían arriba enmontañados gracias a la ayuda de éstos. Es probable entonces que ese muerto exhibido por los jefes a los conscriptos haya sido un campesino al que nadie nunca reclamó y que, por esa misma razón, no figura ni en las nóminas de víctimas del Informe Rettig ni en las listas de detenidos desparecidos.
Al cabo de las entrevistas con cinco soldados, nos asiste la certeza de que ese muerto no coincide con ninguno de la lista de miristas abatidos en esa operación. Todos lo vieron. Verlo era el bautismo para comenzar la acción del Operativo Machete. A medida que se cotejan los testimonios de los soldados, surgen nuevas víctimas. Al contar los caídos, sobran muertos.
El ex conscripto A tiene una memoria poderosa: guarda detalles que sorprenden a sus dos compañeros, a quienes llamaremos B y C. Sentado a la mesa en la casa de uno de ellos, en Paillaco, recuerda la Casa Hilton, o Rancho Hilton, como llamaron a la base de operaciones que se instaló en la montaña, en Remeco Alto, entre Neltume y Liquiñe. Allí también estaba el río en cuyas frías aguas los obligaban a bañarse en pleno invierno para mantener la moral alta. Justamente ahí estaba apostado un día el ex conscripto A, haciendo guardia con otro soldado, entre las tres y las cuatro de la tarde:
-Lloviznaba, hacia mucho frío, y a la distancia vimos que traían a la rastra a un hombre, atado de las manos o el cuello a un caballo negro. Lo amarraron a un árbol. Venía ya herido, mordido por un perro. Solo me recuerdo su rostro de dolor y la voz de mando con la que le ordenaban al perro pastor alemán que lo atacara.
Portada de El Rebelde alusiva al intento guerrillero de Neltume.
El relato de A coincide con el de otros dos conscriptos que en distintos momentos vieron al campesino que era interrogado mientras era mordido por el perro. Otro soldado lo vio llegar al regimiento en Valdivia. Allí habría muerto. “El perro era de la CNI de Valdivia, le decían Casán”, dice el ex conscripto, quien de inmediato lanza el humor campesino: “Nos reíamos de ese perro: en las patrullas quedaba pataleando en el aire, colgando de las quilas, ya que las cortábamos con el machete más alto que la altura de sus patas”.
Mientras el Ejército torturaba campesinos tratando de conseguir datos para ubicar a los doce miristas que escaparon el 27 de junio, los guerrilleros, divididos en un grupo al mando de Miguel Cabrera y el otro al mando de Patricio Calfuquir, escapaban con un solo objetivo: llegar a los fusiles y la poca comida que guardaban en dos tatús acondicionados durante ese año que llevaban en la montaña.
Las primeras exploraciones del destacamento guerrillero fueron en febrero de 1980, y los primeros campamentos se instalaron en julio de ese año. En agosto llegó un contingente y, finalmente, en octubre se enmontañó Cabrera, el Paine.
Los problemas habían ido en aumento sobre todo por la dificultad para aprovisionarse de alimentos: a medida que se internaban en la cordillera, la comida quedaba más atrás. El estómago de los guerrilleros comenzó a achicarse. También el grosor de sus cuerpos. El gasto de energías para moverse por esas montañas era superior al que habían consumido en el campamento cercano a La Habana donde se entrenaron con calor cubano. Pero ninguna privación vivida por ellos antes pudo darles la idea del frío y el hambre que llegarían a sufrir cuando fueron descubiertos por los militares y en tan solo un segundo perdieron el abrigo, los pertrechos, los mapas y todos los alimentos.
Treinta y dos años más tarde, los ex conscriptos reunidos en Paillaco también hablan de comida al recordar el entrenamiento en la Compañía de Comandos. El primer mes conocieron ellos también un hambre espantosa, además del carácter de cada instructor y su peso específico al pegar con la palma abierta, con la culata del fusil o con el puño. El día que recibieron visita por primera vez los advirtieron: apenas podían tocar la comida que sus madres les habían preparado. Ninguno hizo caso. Los 130 se dieron una bacanal de empanadas, de chancho, de patos y pollos de sus propios gallineros, de calzones rotos, de mote con huesillos, de leches asadas, de torta de milhojas. Cuando sus madres se fueron y volvieron a las barracas, escucharon el grito de los tenientes al mando de Rosauro Martínez. Cuerpo a tierra. Punta y codo. Abdominales. Cien. Fuerzas de brazo. Saltos de rana. Cien. Hasta que cada uno de los conscriptos no hubo vomitado todo lo que había comido, no pararon. Los instructores de Rosauro eran tipos duros, formados como él en las técnicas estadounidenses con que se formaron los soldados que habían ido a perder a Vietman. Y repetían el método.
El ex conscripto A suele soñar con un campesino al que le tocó vigilar mientras lo torturaban:
-Un día nos encontramos a un campesino en el sector norte de Remeco Alto, para el lado del Lago Quilmo. Venía a caballo con un quintal de harina en el lomo. Lo tomamos prisionero con el teniente Claudio Peppi Onetto. Se le ordenó bajar del caballo y cuando se le pidió la identidad, uno de los apellidos concordaba con uno de los que buscaban. Lo llevamos a Remeco, a una zona donde hay galpones. Le pasaron una pala y le ordenaron que empezara a cavar, que si no hablaba y decía donde estaban los otros, ahí mismo lo iban a enterrar. Él no decía nada. No sabía nada. Era un campesino no más. Cavaba y lloraba en silencio. Nos obligaron a darle mantequilla de maní, que venía en las raciones NA del Ejército (insumos estadounidenses), y galletas de agua. Debía comer la mezcla y tragar rápido, y entre su llanto y comer, se le gastaba la saliva y se ahogaba. Al hombrecito al final se lo llevaron y ya no supimos lo que pasó con el.

EL FRIO QUE AMPUTA

Faltaban días y noches de frío y hambre para el final. Las muertes se sucederían sin pausa después del 29 de agosto. Dos mil hombres entrenados para la guerra –la Compañía de Comando de Martínez Labbé, los de la Unidad Anti Terrorista (UAT) conducida por el capitán Conrado García (procesado por tres de los homicidios de Neltume), los del Regimiento Cazadores, los del Maturana, los de la Brigada Azul de la CNI (creada especialmente para eliminar al MIR)– no habían podido a lo largo de 63 días ni siquiera herir a uno de los doce guerrilleros. La montaña se los había tragado.
Si los guerrilleros no hubieran persistido en su aventura, si no hubieran creído que aún deshechos y debilitados como estaban podrían conseguir ayuda de sus jefes en Santiago para resistir, habrían podido volver caminando a la Argentina, o se hubieran ido desplazando de a poco hacia “el llano”, como le dicen allá arriba a la tierra menos escarpada que desciende hacia Panguipulli, Temuco y Valdivia.
Perdidos en dos patrullas, los del Toqui Lautaro se lograron reunir finalmente en uno de los refugios 42 días después de que los descubrieran. Habían podido hacerse de los fusiles que Paine guardaba en un tatú, pero en las reservas había apenas un par de kilos de arroz, una bolsa de porotos y algo de leche en polvo. Comieron durante semanas una especie de sopa en la que a cada uno le tocaban diez porotos. Y luego, como postre, una cucharadita de azúcar. El hambre los adelgazó hasta los huesos y les quitó las defensas; se enfermaron. El frío gangrenó un pie de Pedro Yáñez hasta que hubo que amputárselo con una cortaplumas. A varios los comenzó a devorar el “pie de trinchera”: una infección que viene con las bajas temperaturas y ataca los dedos. En la bota de Yáñez, que supuraba a cada paso, los demás veían su propio destino. Todos los sobrevivientes coinciden: ni en el más doloroso de los momentos hubo quejas.
A fines de agosto se decidieron: cinco de ellos debían bajar a buscar ayuda. Se dividieron en dos grupos: tres por un lado, y Riffo y Bravo por otro. Mientras el trío logró sortear los pueblos y llegar a Temuco, los otros dos avanzaron sin problemas hasta Huellalhue, un paraje antes de Lanco. El hambre los empujó hacia el enemigo. Pidieron comida en una casa de campo. Los lugareños los ayudaron. Les recomendaron un rincón cercano para descansar. También les avisaron a los carabineros. Sólo tenían una pistola con un cargador. No llegaron a usarla. Detenidos fueron llevados a Lanco y luego a Valdivia. Dos soldados aseguran haberlos visto allí, porque debieron custodiarlos cuando los encerraron en unas piezas. Después, vieron cuando se los llevaron en un helicóptero.
Museo de Neltume.
–Nadie duda de que fueron trasladados por la CNI a Santiago para ser torturados. Es casi lo único de lo que no tenemos pruebas. Pero un mirista que fue luego interrogado por los mismos torturadores contó que a él le decían que había hablado muy pronto, no como sus compañeros de Neltume a los que tuvieron que darles duro muchos días hasta que los quebraron –cuenta una fuente que conoce bien la trama de esta historia.
No es necesario detallar la crueldad de los interrogatorios de la CNI. Los jóvenes Riffo y Bravo conocieron todos los matices del dolor. Y en esas condiciones fueron llevados de regreso a Neltume para guiar los pasos de los que buscaban a sus compañeros que allá esperaban por ayuda. Los militares sabían que sin tortura no había chance de llegar al resto. El fracaso de su acción militar masiva era impresentable ante el alto mando del Ejército. A tal punto la detención de Bravo y Riffo cambió las cosas, que la Operación Contraguerrillera Machete terminó el 29 de agosto. Y entonces comenzó la Operación Pilmayquén.

LA CNI EN LA CACERÍA

En la causa que investiga Emma Díaz, la ministra en visita extraordinaria de la Corte de Apelaciones de Valdivia (Rol 1675-2003), se acumulan los testimonios de algunos militares que participaron del operativo. Al menos tres admiten lo mismo que asegura el conscripto E, sólo que omiten datos:
–Nos llevaron a unas cabañas de las Termas de Liquiñe. Ahí estábamos una patrulla de la Compañía de Comandos –al mando de Mosquetón (Rosauro Martínez)– con la CNI. Y ahí tenían a dos hombres jóvenes. A esos dos cabros los sacaban a buscar a sus compañeros a la montaña –contó a CIPER el ex conscripto E.
A ese testimonio se suma el del ex conscripto D, entrevistado en La Unión hace dos años: “En septiembre, a los dos los tuvieron varios días caminando por la montaña para que se encontraran con sus compañeros guerrilleros. A uno lo ataban con un lazo a la cintura y lo largaban varios metros adelante. Así fue como terminó encontrando a los otros y uno de ellos salió muerto”.
Lo que vino es uno de los pasajes más difíciles de reconstituir de esta historia. El 13 de septiembre uno de los jóvenes en manos de Mosquetón y la CNI no pudo evitar el encuentro con sus compañeros, los mismos que habían decidido varias semanas antes que ellos dos y otro grupo de tres partirían hacia el llano a buscar ayuda. Los que quedaban en la montaña, desesperados por el hambre y la enfermedad, esperaban la ayuda de la dirección del MIR. El joven guerrillero silbó el canto de un pájaro austral tal como estaba acordado. Los demás le salieron al encuentro. Y la balacera comenzó. Los fusiles y las ametralladoras del Ejército dispararon. Los del MIR eran dos: respondieron, pero sobre todo intentaron escapar. La superioridad de fuerza de los militares era total. Aún así la emboscada no fue exitosa: sólo le dieron a uno. Allí mataron a Raúl Obregón Torres.
El resto del destacamento mirista siguió avanzando. Pedro Yáñez Palacios ya no quiso seguir: la amputación no le había frenado la infección. Bajo el tronco de un árbol que hacía de escondite, se quedó con un fusil FAL y un cargador. Pasó allí varios días. Al final desvariaba de dolor. Lo escuchó una patrulla que conducía el teniente Mario de Toro Gallardo. El ex conscripto E, el mismo que conoció desde el inicio el rigor de Toro Gallardo, cuenta que fue ese teniente el que casi lo seccionó con su ametralladora. Con Yáñez, ya eran dos los abatidos.
De Toro es otro de los jefes militares que, como a Rosauro Martínez, los soldados no han podido olvidar. No solo por esa ráfaga que casi partió en dos el cuerpo ya desmembrado de Yáñez. Casado con una ex reina de Valdivia, su porte imponente, su pelo rubio y sus grandes ojos verdes que miraban fijo al frente, impactaban menos que las cicatrices que exhibía en sus manos y que hasta hoy causan escalofríos en los ex conscriptos. Un accidente en moto, uno de sus hobby favoritos, estaba en el origen y no las ocultaba. Sabía el efecto que causaba con sus grandes manos en los soldados a quienes comandaba, como también sus exuberantes bíceps.
–Parecía un actor de cine. Esa fue la impresión que nos dejó cuando nos vino a reclutar a La Unión. Era impresionante verlo dar órdenes ese primer día que nos recibió en el gimnasio. Mi última imagen de él es dando ordenes en una de las últimas semanas que estuve en la cordillera. Fue en un campamento cerca de Choshuenco. Era bien loco pero debo decir que al soldado lo miraba con cierta humanidad. Era loco, como Bruce Willis en Duro de matar… –dice otro de los ex conscriptos.

ROSAURO Y EL BAQUEANO

Cuando Pedro Yáñez fue asesinado, el capitán Rosauro Martínez seguía todo el desarrollo de la operación desde la casa del baqueano que los guiaba por la montaña: Juan de Dios Peña, un hombre ya mayor al que los militares le decían Tata. Entrevistado por María José Flores, profesora de Historia de la Universidad de Los Lagos, autora de una tesis de lo ocurrido en Neltume, su hijo, Israel Enrique Peña Patiño, recordó al entonces joven Rosauro Martínez:
–El capitán Martínez era el que mandaba. Por el hecho de que mi papá trabajara con ellos había una protección especial sobre nosotros, nos cuidaban en la noche.
Israel Peña estaba en primero básico y sabe que era primavera porque los incidentes fueron después de la última nevada de ese año. Martínez pasaba mucho tiempo en su casa a la espera de que sus hombres dieran con los guerrilleros. En agradecimiento, el propio Martínez visitó al Tata Peña un año después y le llevó de regalo una fotografía en la que se ve al baqueano rodeado de soldados marchar por la montaña. Así recuerda ese momento: “El capitán se encargó de tomar la foto y de regalársela a mi papá. Le dijo: ‘Tata, aquí le traigo un recuerdo para que nunca se olvide de su trabajo en Neltume’”.
En esa visita, Martínez le ofreció al baqueano una casa amoblada, una jubilación y estudio para su hijo, el niño al que le había enseñado a leer. Pero Juan de Dios Peña no quiso. “No aceptó, porque ser guía tampoco fue algo que él hizo de buena voluntad, sino que fue ‘voluntariamente obligado’, como mi papá solía decir”, relató su hijo.
Durante seis periodos Rosauro Martínez ha sido diputado por RN.
Israel Peña también recuerda que en septiembre del ‘81, cuando algunas nevadas todavía blanqueaban la cima de la montaña, su padre llegó a la casa y contó que habían matado a tres en Remeco, en la casa de doña Floridema Jaramillo. La mujer era la madrina de José Eugenio Monsalve Sandoval. José, nacido en Neltume, escapaba del cerco militar junto a Patricio Calfuquir Henríquez y Próspero del Carmen Guzmán Torres. Los empujaba la inanición. Calfuquir tenía los pies infectados, volaba de fiebre. Acorralados, decidieron quebrar con el mandato de las jefaturas del MIR: no tomar contacto con lugareños. Doña “Flora” había visto crecer a José, era su madrina, la comadre de su mamá: tenía que ayudarlo. Les abrió la puerta, les hizo sopaipillas y hasta le prestó la cama al enfermo. Pero muerta de miedo –dijo luego–, hizo lo que el capitán Martínez le pidió a todos los campesinos: avisar si veían a los buscados. Mandó a su hijo, Juan Carlos, de 15 años, a alertar a los carabineros. Los pacos pasaron a avisarle al capitán Martínez, quien fue el primero en llegar a la casa.
En la causa en la que los abogados Magdalena Garcés y Vladimir Riesco pidieron el desafuero del diputado Rosauro Martínez, es clave esta escena ocurrida hace 32 años. Los querellantes son las familias de los tres jóvenes miristas: acusan al diputado por homicidio calificado agravado por premeditación y alevosía. Las pruebas, según los abogados, dejan claro que Martínez Labbé encabezó una operación comando no para detener a los miristas, sino para asesinarlos. Lo que hizo con una “superioridad de fuerzas abrumadora”. Y que, como era imposible que las víctimas se defendieran con algún éxito, se “actuó sobre seguro”. De hecho, en esa operación ningún militar o soldado resultó rasguñado por un tiro de FAL mirista. Las únicas bajas fueron un conscripto muerto por una ráfaga que se le escapó a un oficial, y un sargento que se suicidó.
Uno de los testigos que inculpa a Martínez Labbé es el sargento de Carabineros Alfonso Rosas, jefe del Destacamento Neltume. En su declaración cuenta que cuando llegó a la casa de la madrina de José, el capitán habló con Flora. La mujer le informó que los guerrilleros estaban durmiendo. Martínez ordenó cercar el lugar. Alfonso Rosas se quedó en la parte de atrás de la casa. Martínez la rodeó por el cerro para apostarse en el frente. Y allí se quedaron, a la espera de más de 30 hombres de la Compañía de Comandos Llancahue. Entonces atacaron.
En La Unión viven dos conscriptos que participaron de esa operación. Cuando los contactamos, se negaron a hablar. Pero la memoria tiene otros dueños. Los conscriptos entrevistados por CIPER recuerdan: “A Martínez Labbé no solamente lo vieron que mandaba, él también disparó. Todos se acuerdan clarito, porque cuando quiso disparar su ametralladora, se le trabó. Entonces, la tiró a un lado y le quitó la que llevaba el soldado que andaba con él, Inostroza, y salió la balacera”, relata el ex conscripto B.
Inostroza existe. Se llama Eduardo Alberto Inostroza Reyes y era cabo 1º de la Compañía de Comandos. En su declaración judicial, el cabo deja caer: “De la casa salió un joven que fue impactado por alguno de la patrulla de llegada. Por una ventana salió otro que logró escapar aunque le dispararon al parecer en la espalda”. Inostroza da cuenta así del final de Calfuquir, que muere habiendo gastado el cargador de su FAL. La autopsia indicó cráneo estallado. La de Próspero Guzmán, el joven que salió por el frontis de la casa, indica que recibió 28 balazos de subametralladora y su cráneo también deshecho.
El ahijado de Flora, José Monsalve, escapó herido por la montaña hasta que ya no pudo avanzar más. Quedó tirado en una quebrada. La declaración de Inostroza coincide con la de Juan Carlos, el joven que corrió a avisarles a los carabineros de la presencia de los guerrilleros. Juan Carlos declaró lo que el capitán Rosauro Martínez le dijo a su madre: “Señora, le vamos a destruir su casa, pero se la vamos a devolver”. Inmediatamente después, “el capitán dio la orden de fuego”. Juan Carlos también recordó cómo murió José Monsalve, a quien vio arrastrarse herido hasta la quebrada:
–Los militares le dispararon y lo mataron ahí mismo, a una distancia de cinco metros más o menos. Él estaba enrollado bajo unos coligües y no tenía el fusil en sus manos pues éste estaba a unos cinco metros al lado de una mata de chilcos. No le dijeron que se rindiera porque la persona estaba enrollada debajo de los coligües, herido, como escondido, y no disparó contra los militares.

EL CUARTEL DE LAS TERMAS DE LIQUIÑE

El ex conscripto D también tiene pesadillas en la montaña. Con la marca de los años en el rostro y en la memoria, acepta contar la historia sentado en su auto. La larga de un tirón. Es como si hubiera estado allí esperando a que alguien le preguntara: “El jefe nos dijo: soldados, es feo matarse entre chilenos, pero hay que hacerlo porque estos tipos no pueden quedar vivos”. La frase fue lanzada el 21 de septiembre del ‘81. Eran los últimos muertos de una semana que había comenzado el 13 con la de Raúl Obregón en la emboscada; y continuó con la masacre en la casa de Flora Jaramillo. Durante varios días el soldado D y al menos tres militares que declararon ante la justicia, vieron a Julio Riffo y René Bravo cautivos de los hombres de Rosauro Martínez y de la CNI: dormían en las cabañas de las Termas de Liquiñe, usadas como campamento militar. Los detenidos eran conducidos, dice el soldado, por Arturo Sanhuesa Ros, uno de los tenientes de Martínez Labbé.
–¿Dónde los vio?
–A esos tres los anduvieron trayendo por toda la montaña. Los llevaban para arriba, había un caminito, como una huella, y ahí los echaban correr p’ allá con un lazo de 20 metros, buscando a sus amigos. Les pedían que buscaran a sus amigos para que hagan contacto.

-¿Quién era el jefe?
-Sanhueza. El teniente Sanhueza Ros.

Pasaron 32 años. La vida después de la Operación Pilmaiquén continuó también para los militares. Rosauro Martínez ha sido quien ha tenido más éxito, al punto de ser un honorable diputado en los últimos veinte años. Mario de Toro Gallardo siguió ascendiendo en el Ejército sin ser interpelado. En 2002 aún se encontraba allí como comandante del Regimiento Cazadores (Regimiento de Caballería Blindada Nº2). Sanhueza Ros fue premiado por su actuación en la montaña con un ascenso y siguió su camino en la CNI. Se convirtió en El Huiro, jefe de la Brigada Azul de la CNI, cuya tarea principal era eliminar al MIR. Fue procesado como uno de los asesinos del periodista de la revista Análisis, José Carrasco Tapia y por los crímenes de la Operación Albania, entre otros.
El ex conscripto D recuerda el frío de ese septiembre de 1981. La nieve que lo cubría todo en ese paraje cercano a Liquiñe. Estaba junto a otros dos conscriptos de la Compañía de Comandos al mando de Martínez Labbé, cuando llegó una camioneta Toyota de la que bajaron a tres hombres. “Nosotros conversamos con uno de ellos y le preguntamos por qué andaba cojeando. Nos dijo que tenía congelamiento en los pies, en el dedo gordo… pero ese dedo ya había desaparecido. Eran tres los prisioneros, dos eran guerrilleros y el tercero era un campesino que decía y repetía que él les había dado remedios no más”.
Todo indica que los dos guerrilleros eran Riffo y Bravo. Pero no hay ninguna pista, ningún indicio sobre la identidad del tercer hombre, el campesino. Es otro muerto que sobra. Un muerto que no figura en ninguna lista de víctimas de la dictadura.
-¿En qué lugar los fusilaron?
-Ahí, en Liquiñe, como cinco kilómetros p’ atrás. Fue ahí en un acantilado. Es un camino precordillerano, una huella no más. A ellos los bajaron de la Toyota grande con su cruz al hombro. Fue igual que en esas películas en las que se ve a Jesucristo caminando al calvario. Tal cual. Eran unas cruces de guaye, las que les amarraron al cuerpo con alambre. Se las amarraron de acá (señala la muñeca de un lado y hace el gesto de amarrar en la otra muñeca).

“Es feo matarse entre chilenos. ¡Ustedes no han visto nada!”, les dijo el jefe de la operación, el oficial Molina de la CNI. Los conscriptos escucharon los disparos y entonces, les tocó el trabajo de enterrarlos. “Ahí los sacamos de la cruz y los envolvimos en polietileno. Yo tenía mucho miedo”.
-¿A qué le tenía miedo?
-¡A qué va a ser p’oh!: ¡A los muertos! Tuvimos que esperar a que los vinieran a buscar. Día y noche tuvimos que estar con ellos muertos. Los tuvieron enterrados en la nieve ahí una semana antes de que se los llevaran en un helicóptero.

Nota: Colaboró en esta investigación, Daniela Belmar